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La resistencia en Donbas y Gaza comparte una visión común esencial: derrocar a la hegemonía unipolar que ha anulado sus aspiraciones nacionales.

Por Pepe Escobar

Durante mi reciente y  vertiginoso viaje por Donbass  siguiendo a los batallones cristianos ortodoxos que defendían su tierra ,  Novorossiya, se hizo claramente evidente que la resistencia en estas repúblicas rusas recién liberadas  está librando la misma batalla que sus homólogos en Asia occidental.

Casi diez años después del Maidan en Kiev y dos años después del inicio de la Operación Militar Especial (SMO) de Rusia en Ucrania, la determinación de la resistencia no ha hecho más que profundizarse.

Es imposible hacer plena justicia a la fuerza, la resiliencia y la fe del pueblo de Donbass, que se encuentra en la primera línea de una guerra de poder de Estados Unidos contra Rusia. La batalla que han estado librando desde 2014 ahora se ha despojado visiblemente de su fachada y se ha revelado como, en esencia, una guerra cósmica del Occidente colectiva contra la civilización rusa.  

Como dejó muy claro el presidente ruso Vladimir Putin durante su entrevista con Tucker Carlson vista por mil millones de personas  en todo el mundo , Ucrania es parte de la civilización rusa  , incluso si no es parte de la Federación Rusa. De modo que los bombardeos contra civiles de etnia rusa en Donbass (que aún continúan) se traducen en ataques contra Rusia. 

Comparte el mismo razonamiento que  el movimiento de resistencia Ansarallah de Yemen, que describe el genocidio israelí en Gaza como uno lanzado contra “nuestro pueblo”: el pueblo de las tierras del Islam.

Así como el rico suelo negro de Novorossiya es el lugar donde murió el “orden internacional basado en reglas”; La Franja de Gaza en Asia occidental  –una tierra ancestral, Palestina–  puede ser, en última instancia, el lugar donde  perecerá el sionismo . Después de todo, tanto el orden basado en reglas como el sionismo son construcciones esenciales del mundo unipolar occidental y claves para promover sus intereses económicos y militares globales.

Las incandescentes fallas geopolíticas actuales ya están configuradas: el colectivo de Occidente versus el Islam ,  el colectivo deOccidente versus Rusia, y pronto una parte sustancial de  Occidente , incluso a regañadientes, versus China.     

Sin embargo, está en juego un contrato serio  . 

Por mucho que el Eje de Resistencia en Asia Occidental siga impulsando su estrategia de “enjambre”, esos  batallones cristianos ortodoxos en Donbass no pueden dejar de ser considerados como la vanguardia del Eje de Resistencia esclavo.

Al mencionar esta conexión entre chiítas y cristianos ortodoxos a dos altos comandantes en Donetsk, a sólo 2  kilómetros de la  línea del frente, sonrieron, desconcertados, pero definitivamente entendieron el mensaje.

Después de todo, más que nadie en Europa, estos soldados son capaces de captar este tema unificador: en los dos principales frentes imperiales –Donbass y Asia occidental– la crisis de la hegemonía occidental se está  profundizando y acelerando rápidamente el colapso. 

La humillación cósmica en curso de la OTAN en las estepas de Novorossiya se refleja en el combo anglo-estadounidense-sionista que camina sonámbulo hacia una conflagración mayor en toda Asia occidental, insistiendo frenéticamente en que no quieren la guerra mientras bombardean todos los vectores del Eje. de Resistencia excepto Irán (ellos no puedo, porque el Pentágono jugó con todos los escenarios, y todos ellos presagian fatalidad).

Si se analiza quién está en el poder en Kiev y Tel Aviv, y quién mueve sus hilos, se encontrará con los mismos titiriteros controlando Ucrania, Israel, Estados Unidos, el Reino Unido y casi todos los miembros de la OTAN.        

Lavrov: «No hay perspectivas» sobre Israel-Palestina

El papel de Rusia en Asia occidental es bastante complejo y matizado. Superficialmente, los corredores de poder de Moscú dejan muy claro que Israel-Palestina “no es nuestra guerra: nuestra guerra es en Ucrania”.

Al mismo tiempo, el Kremlin continúa avanzando como mediador y pacificador confiable en Asia occidental. Rusia quizás esté en una posición única para ese papel: es una gran potencia mundial, muy comprometida con la política energética de la región, líder de las instituciones económicas y de seguridad emergentes del mundo y disfruta de relaciones sólidas con todos los estados regionales clave. 

Una Rusia multipolar –con su gran población de musulmanes moderados– conecta instintivamente con la difícil situación de los palestinos. Luego está el factor BRICS+, donde la actual presidencia rusa puede atraer toda la atención de los nuevos miembros Irán, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Egipto para promover nuevas soluciones al enigma de Palestina. 

Esta semana en Moscú, en la  13ª Conferencia del Club Valdai para Oriente Medio ,  el Ministro de Asuntos Exteriores, Sergey Lavrov,  fue directo al grano,  destacando la causa, las políticas de la Hegemonía; y efecto, empujando a Israel y Palestina hacia la catástrofe.

Desempeñó el papel pacificador de Rusia: proponemos “celebrar una reunión interpalestina para superar las divisiones internas”. Y también expresó la cara de la Realpolitik Rusia: “No hay perspectivas para un acuerdo entre Israel y Palestina en este momento”.

Un  informe detallado de Valdai  abrió una ventana crucial para comprender la posición rusa, que vincula a Gaza y Yemen como “ epicentros del dolor ”.

Para ponerlo en contexto, es importante recordar que a finales del mes pasado, el  representante especial de Putin para asuntos de Asia occidental, el viceministro de Asuntos Exteriores, ML Bogdanov, recibió en Moscú a una delegación de Ansarallah encabezada por Mohammed Abdelsalam. 

Fuentes diplomáticas confirman que hablaron en profundidad sobre todo: el destino de una solución integral a la crisis político-militar en Yemen, Gaza y el Mar Rojo. No es de extrañar que Washington y Londres hayan perdido la cabeza.

‘Desapareciendo la cuestión palestina’

Podría decirse que la mesa redonda más crítica en Valdai fue sobre Palestina y cómo unificar a los palestinos. 

Nasser al-Kidwa, miembro del Consejo Nacional Palestino (PNC) y ex ministro de Asuntos Exteriores de la Autoridad Palestina (AP) (2005-2006), destacó las tres posiciones estratégicas de Israel, todas ellas encaminadas a mantener un estatus peligroso. quo: 

En primer lugar, Tel Aviv busca mantener la división entre Gaza y la Cisjordania ocupada. El segundo, según Kidwa, es “debilitar y fortalecer a uno u otro, impidiendo el liderazgo nacional, usando la fuerza y ​​​​sólo la fuerza para suprimir los derechos nacionales palestinos e impedir una solución política”.

El tercer lugar en la agenda de Israel es buscar activamente la normalización con una serie de países árabes sin abordar la cuestión palestina, es decir, “desaparecer la cuestión palestina”.

Kidwa luego enfatizó la “desaparición” de estas tres posiciones estratégicas –esencialmente porque Netanyahu está tratando de prolongar la guerra “para salvarse a sí mismo”-, lo que conduce a otros resultados probables: un nuevo gobierno israelí; un nuevo liderazgo palestino, “nos guste o no”; y un nuevo Hamás. 

Según Kidwa, están implícitos cuatro vastos campos de discusión: el Estado de Palestina; Gaza y la retirada israelí; cambiar la situación palestina, un proceso que debería ser de base interna, “pacífico” y “no albergar venganza”; y el mecanismo general que tenemos por delante. 

Lo que está claro, dice Kidwa, es que no habrá una “solución de dos Estados” a la vista. Habrá que volver a lo más básico , que es afirmar “el derecho a la independencia nacional de Palestina”, una cuestión aparentemente ya acordada hace tres décadas en Oslo.

En cuanto al mecanismo que se avecina, Kidwa no oculta el hecho de que “el Cuarteto es disfuncional”. Ponga sus esperanzas en la idea española, avalada por la UE, “que modificamos”. Se trata, en términos generales, de una conferencia de paz internacional en varias rondas basadas en la situación sobre el terreno en Gaza.

Eso implicará varias rondas, “con un nuevo gobierno israelí”, obligada a desarrollar un “marco de paz”. El resultado final debe ser el mínimo aceptable para la comunidad internacional, basado en abundantes resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU: fronteras de 1967, reconocimiento mutuo y un cronograma específico, que podría ser 2027. Y, principalmente, debe establecer “compromisos respetados Desde el principio”, algo que la multitud de Oslo no podía imaginar.

Es bastante obvio que nada de lo anterior será posible bajo Netanyahu y la actual Casa Blanca disfuncional.

Pero Kidwa también admite que, del lado palestino, “no tenemos un maestro que uno de estos elementos, Gaza y Cisjordania”. Esto, por supuesto, es un éxito de la política estratégica de los israelíes, que se han esforzado durante mucho tiempo para mantener a los dos territorios palestinos enfrentados y han asesinado a cualquier líder palestino capaz de superar la división.

En Valdai, Amal Abou Zeid, asesor del ex presidente libanés, general Michel Aoun (2016-2022), señaló que “tanto como la guerra en Ucrania, la guerra de Gaza trastornó los cimientos del orden regional”.  

El orden anterior estaba “centrado en la economía, como camino hacia la estabilidad”. Luego vino la operación de Hamás del 7 de octubre contra Israel, que desencadenó una transformación radical. «Suspendió la normalización entre Israel y el Golfo, especialmente Arabia Saudita», y revivió la resolución política de la crisis palestina. «Sin esa resolución», subrayó Zeid, la amenaza a la estabilidad es «regional y global». 

Así que volvemos a la convivencia de dos Estados a lo largo de las fronteras de 1967: el sueño imposible. Zeid, sin embargo, tiene razón en que sin cerrar el capítulo palestino, es “inalcanzable para los europeos tener relaciones normales con las naciones mediterráneas. La UE debe avanzar en el proceso de paz”. 

Nadie, desde Asia occidental hasta Rusia, está  conteniendo la respiración, especialmente porque “prevalece el extremismo israelí”, la Autoridad Palestina tiene un “vacío de liderazgo” y hay una “ausencia de mediación estadounidense”. 

Viejas ideas versus nuevos jugadores

Zaid Eyadat, director del Centro de Estudios Estratégicos de la Universidad de Jordania, intentó adoptar una “perspectiva racionalista” contraria. Hay «nuevas dinámicas» en juego, argumentó y dijo que «la guerra es mucho más grande que Hamás y más allá de Gaza».

Pero el panorama para Eyadat es sombrío. “Israel está ganando”, insiste, contradiciendo a todo el Eje de Resistencia de la región e incluso a la calle árabe.

Eyadat señala que “la cuestión palestina ha vuelto a estar en escena, pero sin el deseo de una solución integral. Entonces los palestinos perderán”. 

¿Por qué? Por una “quiebra de ideas”. Como en «cómo transformar algo de insostenible a más razonable». Y es el “orden basado en reglas” el que está en el centro de este “déficit moral”.

Este es el tipo de declaraciones de antaño que están en desacuerdo con los visionarios multipolares y de mentalidad de resistencia de hoy. Si bien a Eyadat le preocupa la competencia entre Israel e Irán, un Tel Aviv extremista y descontrolado, divisiones entre Hamás y la Autoridad Palestina, y que Estados Unidos persiga sus propios intereses, lo que falta en este análisis es el terreno y el aumento del multipolarismo a nivel mundial.

El “enjambre” del Eje de Resistencia en Asia occidental apenas ha comenzado y todavía tiene una serie de cartas militares y económicas que aún no han entrado en juego. El Eje de Resistencia Eslavo ha estado luchando sin parar durante dos años, y sólo ahora están comenzando a vislumbrar una posible luz, vinculada a la caída de Adveevka, al final del túnel (fangoso). 

La guerra de resistencia es global y se ha desarrollado –hasta ahora– en sólo dos campos de batalla. Pero sus partidos estatales son jugadores formidables en el tablero de ajedrez global de hoy y poco a poco están acumulando victorias en sus respectivos dominios. Todo mientras el enemigo, el Hegemón, está en caída libre económica, carece de mandatos internos para sus guerras y no ofrece soluciones.

Ya sea en el fangoso suelo negro de Donbass, en las costas mediterráneas de Gaza o en las vías navegables esenciales del mundo, Hamas, Hezbolá, Hashd al-Shaabi y Ansarallah se tomarán todo el tiempo necesario para convertir los “epicentros del dolor” en “epicentros del dolor”. de esperanza.»

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de The Cradle y Dossier Geopolitico.

Marco Centaro – Visión y Tendencias Globales (Proyecto Società Italiana di Geopolitica”)

En un contexto globalizado en el que el 80% del comercio total se realiza a través de vías fluviales, lo que estamos experimentando actualmente en el sur del Mar Rojo pone de relieve las vulnerabilidades de los cuellos de botella y las rutas marítimas.

Tras una andanada de misiles sin precedentes lanzada por militantes hutíes proiraníes, una coalición liderada por Estados Unidos y el Reino Unido ha desatado una potencia de fuego que alcanzó varios sitios de lanzamiento, campos de entrenamiento y arsenales militares en territorios controlados por los hutíes.

Esto se produce en medio de crecientes tensiones no sólo en las zonas que rodean el estrecho de Bab el Mandeb, sino también en el conflicto mucho más amplio que persiste entre Israel y Hamas, este último depende en gran medida de Irán y otras milicias chiítas diseminadas en la región MENA.

El grupo yemení, de hecho, expresó su solidaridad con el pueblo palestino después de los acontecimientos del 7 de octubre y amenazó con dañar cualquier barco vinculado a Israel que hubiera cruzado el Mar Rojo. Hasta ahora, el Comando Central de Estados Unidos ha registrado unos 30 ataques llevados a cabo por hutíes contra el transporte marítimo en la región. Las herramientas preferidas de los militantes incluyen drones, barcos suicidas y misiles balísticos o de crucero. Se estima que el grupo proiraní ha lanzado hasta el momento 125 piezas de artillería, empujando a los buques militares de la zona a intervenir y evitar daños a los barcos en el Mar Rojo. Según se informa, las armadas de Francia, Reino Unido y Estados Unidos participaron en este esfuerzo [1] .

Para detener la amenaza, a finales de diciembre Washington lanzó una coalición que se suponía reuniría a más de 20 armadas y patrullaría el sur del Mar Rojo. Al final, esta iniciativa resultó ser un fracaso, ya que su naturaleza defensiva no pudo evitar que los hutíes usaran sus armas contra las rutas marítimas. Además, un segundo fracaso reside en el fracaso del propósito de reunir aliados de todo el mundo. De hecho, muchos socios estadounidenses se echaron atrás en su compromiso inicial, percibiendo la operación Guardián de la Prosperidad como un claro alineamiento con Washington e Israel, un hecho que podría haber desencadenado escaladas aún mayores.

Sin embargo, como lo demuestran los últimos acontecimientos, los hutíes se han vuelto mucho más agresivos, lo que provocó una respuesta más dura por parte de Estados Unidos.

Las crecientes tensiones en torno a Bab el Mandeb han preocupado incluso a las principales compañías navieras, que han decidido detener los envíos dirigidos a este cuello de botella o desviar a sus comerciantes hacia el Cabo de Buena Esperanza.

Los mercados globales no estaban contentos con esta decisión. La combinación de costos de redireccionamiento y aumento de las primas de seguros provocó picos impresionantes en los precios de los contenedores.

Al 11 de enero, el costo promedio de un solo contenedor ascendía a $3.072. Comparado con el precio registrado el 30 de noviembre ($1.382), el costo promedio total aumentó un 122% [2] .

Afortunadamente para los consumidores, este efecto inflacionario no está dirigido a los mercados petroleros: aparentemente, y de momento, las compañías navieras de hidrocarburos prefieren correr el riesgo de transitar por el estrecho de Bab el Mandeb, mientras que las reservas mundiales de petróleo y gas parecen suficientemente recuperadas, lo que genera una demanda. aumento improbable [3] .

Sin embargo, dado que el equilibrio en la región es inestable, no es posible considerar la situación estable.

Además, hay que considerar que los recientes ataques llevados a cabo contra los arsenales de los hutíes no representan una solución definitiva a la amenaza. La milicia todavía puede contar con una gran parte de su arsenal, y no hay que olvidar que su peligrosidad proviene también de armas más asimétricas (como minas navales o drones).

Por lo tanto, es posible que en los próximos días o semanas experimentemos un intercambio intensificado de misiles y ataques entre las partes en conflicto.

De hecho, la presencia naval militar en la zona está aumentando. Italia ya tenía un barco en el sur del Mar Rojo, pero la semana pasada decidió duplicar el número; Mientras tanto, el grupo de ataque de portaaviones guiado por el USS Eisenhower está firmemente desplegado en la zona de Bab el Mandeb, pero otras armadas están presentes: India, Francia, España, Reino Unido, Corea del Sur y Japón están activas, mientras que también la iraní y los barcos chinos navegan por esas aguas.

El hecho de que tal actividad militar esté en marcha ciertamente pondrá a los mercados más nerviosos. Aunque no es fácil delinear escenarios, los gigantes del transporte marítimo internacional todavía se abstienen de restablecer los flujos regulares a través del Mar Rojo.

La mayor dificultad que enfrenta la talasocracia estadounidense en este momento es que no puede reducir fácilmente la fuerza de los hutíes simplemente atacando algunas de las reservas y sitios de lanzamiento localizados. La milicia ha estado luchando contra Arabia Saudita y su coalición árabe desde 2015, lo que la ha acostumbrado a soportar bombardeos y a redesplegar rápidamente sus armas y asentamientos.

Por otro lado, una ofensiva más amplia y más fuerte es claramente cuestionable, porque provocaría una escalada que a ningún actor internacional le agradaría presenciar, especialmente cuando se están llevando a cabo negociaciones entre los hutíes y los Estados del Golfo.

En conclusión, son pocas las opciones que Estados Unidos tiene a su disposición. Su supremacía marítima está limitada entre una milicia local que amenaza su liderazgo global y la imposibilidad de emprender contramedidas más serias para restaurar la seguridad marítima en la región.

Si bien este dilema obsesiona a la administración Biden, los próximos pasos de otros actores involucrados están lejos de ser predecibles.

En un momento en el que los resultados de la situación no están claros, la mejor esperanza para los consumidores y las partes interesadas que dependen de los envíos marítimos es una solución que se obtenga de forma rápida y pacífica.

No hay que olvidar que, además de los aspectos militares de la situación, la prioridad de la comunidad internacional es restablecer los flujos regulares a través del Mar Rojo.


[1] https://rybar.ru/vojna-v-krasnom-more-chto-proishodilo-u-beregov-jemena-14-yanvarya/

[2] https://www.drewry.co.uk/supply-chain-advisors/supply-chain-expertise/world-container-index-assessed-by-drewry

[3]   https://www.nytimes.com/2024/01/05/business/red-sea-oil-houthis.html

ENLACES RELACIONADOS

https://www.drewry.co.uk/supply-chain-advisors/supply-chain-expertise/world-container-index-assessed-by-drewry

https://www.reuters.com/markets/commodities/oil-slips-investors-eye-mideast-developments-2024-01-15/

FUENTE: https://www.vision-gt.eu/news/monitoring-the-red-sea-washingtons-dilemma/

Carlos Pereyra Mele entrevistado por javier Benitez para Radio Sputnik

AUDIO

Los hutíes de Yemen lo habían anunciado: para tratar de frenar el genocidio que Israel ejecuta en la Franja de Gaza, atacarían sólo a los barcos con bandera de Israel, o cuyo destino fuera algún puerto de ese país. Entonces, EEUU y Reino Unido decidieron que su seguridad nacional estaba en peligro y comenzaron a atacar a Yemen.

Sheriff del mundo, enésimo capítulo

Tras los primeros ataques contra Yemen de EEUU, Reino Unido y demás cómplices, la Casa Blanca comunicó las palabras del presidente, Joe Biden: «Hoy, bajo mi orden, las fuerzas militares de EEUU, junto con el Reino Unido y el apoyo de Australia, Baréin, Canadá y los Países Bajos, llevaron a cabo con éxito ataques contra un número de objetivos en Yemen, usados por los rebeldes hutíes para poner en peligro la libertad de navegación en una de las vías marítimas más vitales del mundo».

Biden mencionó a sus cómplices en estos ataques a uno de los países más pobres del mundo y al que le iniciaron una guerra interpuesta hace 11 años: Australia, Baréin, Canadá y los Países Bajos. Biden justificó estos ataques al puntualizar que fueron bombardeados «objetivos en Yemen, usados por los rebeldes hutíes para poner en peligro la libertad de navegación en una de las vías marítimas más vitales del mundo».

La realidad es que nunca estuvo en peligro esa «libertad de navegación en una de las vías marítimas más vitales del mundo», sino que, como anunciaron los propios hutíes, los buques con bandera de Israel, o cuyo destino fuera algún puerto de ese país, en un intento de que Israel frene el genocidio que está cometiendo en Gaza, según sus propias declaraciones.

Al referirse a EEUU y Reino Unido, el Dr. Carlos Pereyra Mele, director de Dossier geopolítico, apunta que «estas potencias, que en su momento fueron hegemónicas, las que no permitían ningún tipo de contradicción a sus planteos y alineamientos a nivel internacional, hoy en día siguen repitiendo los viejos esquemas que supieron conseguir y que desarrollaron ampliamente desde la década de 1990, hasta mediados de la década de 2010».

Respecto al accionar de las potencias occidentales, Pereyra Mele señala que «han seguido utilizando las mismas técnicas y metodologías, pero los resultados ya van siendo totalmente distintos. El mundo, que ya no es solamente lo que piensa Occidente, tiene claramente definido quiénes son los buenos y los malos esta vez», sentencia el analista.

Simulacros de drones y misiles fabricados por los hutíes de Yemen. EFE/EPA/Yahya Arhab

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein, el autor autoriza su publicación en Dossier Geopolitico

Fe de errata: en la primera parte de este artículo publicado la semana pasada dice: “No obstante, Gran Bretaña, tras reconocer la independencia de Yemen, en 192, convirtió a Adén en un protectorado y en 1937, en colonia”. Debe decir: No obstante, Gran Bretaña, tras reconocer la independencia de Yemen, en 1928, convirtió a Adén en un protectorado y en 1937, en una colonia”. Muchos, muchísimos lectores me lo hicieron saber. Asumo la responsabilidad y agradezco también a los medios que publican los artículos y que lo editaron para hacerlo legible. Le doy las gracias a todos y les pido disculpas.

Los medios transnacionales de la comunicación han sembrado la idea de que los hutíes actúan bajo la influencia del Gobierno de Irán. Aunque ni Irán ni los hutíes han negado su pertenencia a un eje de resistencia al imperialismo, el colonialismo y el sionismo que también incorpora a fuerzas políticas del Líbano, Siria, Bahréin y de la propia Palestina, simplificar la ecuación a una relación de “subordinación” no deja de ser superficial y banal, habida cuenta del propio historial de lucha del pueblo yemení. 

En Asia Occidental, la creciente agresividad de Israel y la presencia intervencionista de Estados Unidos han ido polarizando la situación política. El reciente acuerdo de Irán para dirimir diferencias con Arabia Saudí, así como otros convenimientos que han acercado a Egipto y Turquía, Catar y Arabia Saudí entre otros -después de años de distanciamiento- sumado a la propia paralización de la guerra en Yemen, apuntan al debilitamiento del polo imperialista-sionista y el fortalecimiento de la resistencia. 

En este contexto, por historia y por ubicación geográfica, el papel de Yemen y del movimiento hutí es determinante. Vale decir que Ansarolá nunca ha ocultado su relación con Irán. Los une su común pertenencia a la rama chií del islam. Tanto el fundador del movimiento Ansarolá como su hermano, que lo dirige hoy,  pasaron parte de su vida en Qom (Irán), formándose política e ideológicamente, al mismo tiempo que estudiaban la corriente chií, sustentada en la idea de que la sucesión legítima de Mahoma corresponde  a los descendientes de su yerno Alí por oposición a los suníes que piensan que los sucesores de Mahoma debían ser los compañeros del profeta. Suní viene de “Ahl al-Sunna», que se traduce como «la gente de la tradición» y chií proviene de “Chiat Ali”, que significa «el partido de Ali”. 

Pero esto no significa que los yemeníes sean simples “accesorios” de Irán. Más allá del apoyo financiero, militar, comunicacional y político que ha recibido de Teherán, el movimiento Ansarolá ha demostrado autonomía y decisión propia en el diseño y ejecución de sus acciones tanto en la guerra contra Arabia Saudí y sus aliados desde 2015 como ahora, en el apoyo a la causa de Palestina.

Se debe saber que además de su auxilio a Palestina, Yemen tiene un conflicto directo con Israel por el soporte que la entidad sionista le dio a los Emiratos Árabes Unidos (EAU) durante la guerra iniciada en 2015 que le permitió  la ocupación de las  estratégicas islas yemeníes de Socotra, que se encuentran en el mar Arábigo a unos 350 kilómetros al sur de las costas del país, a fin de establecer una serie de bases de espionaje con el propósito de reunir información de inteligencia en toda la región, en particular del estrecho de Bab el-Mandeb.

Algo importante a señalar respecto a la base de EAU e Israel en Socotra es que también beneficia a Estados Unidos ya que a través de ésta podría controlar al puerto de Gwadar en Pakistán que forma parte del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC) en el que Beijing desarrolló un puerto para que las mercancías descargadas allí pudieran ser enviadas por tierra a China, en particular a su región occidental. 

Pero, en relación a los hechos actuales, hay que saber que las acciones de Yemen en apoyo a Palestina comenzaron casi inmediatamente después del 7 de octubre. El 19 de ese mes, un buque de la armada estadounidense derribó misiles y drones disparados por los hutíes contra Israel de acuerdo con información del Pentágono publicada entonces. 

Unos días después, el 27 de octubre, seis personas resultaron heridas cuando dos drones cayeron sobre Taba, un poblado egipcio fronterizo con Israel, después de la intercepción de los mismos por parte de la fuerza aérea israelí. El 31 de octubre, los hutíes reivindicaron un ataque con drones contra la entidad sionista. Su ejército informó que había interceptado un misil lanzado desde el sur.

El portavoz militar hutí general Yahya Sari afirmó en una declaración televisada que el grupo había lanzado un «gran número» de misiles balísticos y aviones no tripulados hacia Israel y que habría más ataques en el futuro «para ayudar a los palestinos a lograr la victoria”. En respuesta el asesor israelí de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi dijo que los ataques de los hutíes eran intolerables, pero no quiso dar más detalles cuando se le preguntó cómo respondería Israel.

A mediados de noviembre, Ansarolá comunicó que sus fuerzas armadas atacarían a todos los barcos que navegaran con bandera israelí o que fueran operados o propiedad de empresas israelíes. Unos días después, el general Sari, indicó que «las fuerzas armadas yemeníes siguen impidiendo que los barcos de todas las nacionalidades que se dirigen a puertos israelíes naveguen por el mar Arábigo y el mar Rojo hasta que transporten los alimentos y medicinas que necesitan los palestinos en la Franja de Gaza”.

Ante esta decisión y tras los primeros ataques a barcos que se dirigían a Israel,  cuatro grandes empresas navieras (la línea de contenedores más grande del mundo, Mediterranean Shipping Co. [MSC], con sede en Suiza, la danesa Maersk, la francesa CMA CGM y la alemana Hapag-Lloyd) suspendieron el paso de sus buques por el mar Rojo. Estas empresas transportan aproximadamente el 53% de los contenedores marítimos del mundo, y alrededor el 12% del comercio mundial en términos de volumen. Hay que decir que el 30% del tráfico mundial de contenedores pasa por Bab al-Mandeb.

En respuesta, el 19 de diciembre, Estados Unidos se propuso crear una alianza naval a fin de iniciar una operación que denominaron “Guardián de la Prosperidad” supuestamente dedicada a “garantizar la libertad de navegación en el Mar Rojo”. En los hechos, ello significó declarar la guerra a Yemen y militarizar ese mar. Pero el país árabe se ha mantenido incólume en su posición. Sus fuerzas armadas han afirmado que “cualquier ataque contra bienes yemeníes o contra las bases de lanzamiento de misiles de Yemen teñiría todo el Mar Rojo de sangre”, asegurando que poseen “armas para hundir vuestros portaaviones y destructores”, 

El escalamiento de las acciones a partir de entonces ha sido evidente. El 20 de diciembre en un discurso, el líder de Ansarolá, Sayyed Abdul Malik Al-Houthi afirmó que la responsabilidad del mundo islámico ante el conflicto en Palestina era grande, especialmente de la región árabe por ser “el corazón de ese mundo”. En este sentido, deploró la posición islámica-árabe en las cumbres que se realizaron para debatir el tema, especialmente la que se celebró en Arabia Saudí. Al Houthi caracterizó como débil ese punto de vista. Apuntó que debería haber un compromiso de los pueblos árabes y musulmanes de apoyar a Palestina, al mismo tiempo que deploró el enfoque de algunos países sobre lo que llamó la “conspiración contra Palestina”. El líder yemení dijo que su nación no esperaba de Estados Unidos y los países europeos una posición o papel positivo hacia Palestina. Por tales razones, consideró que la perspectiva del eje de la resistencia debería ir encaminada a elevar el nivel de apoyo militar a Palestina.

En ese marco, Al Houthi advirtió que Ansarolá iba a “arremeter contra los buques de guerra estadounidenses si sus fuerzas eran atacadas por Washington tras el lanzamiento de la operación “Guardián de la Prosperidad”. Según Al Houthi, Estados Unidos no intenta proteger la navegación mundial sino que busca militarizar el espacio marítimo.

No obstante, Estados Unidos no logró un consenso para llevar adelante las misiones de la alianza naval creada. Se generaron desacuerdos con los países árabes que fueron convocados para formar parte de la coalición lo cual ha dificultado una respuesta coherente a los ataques de los hutíes contra los buques que transitan por el mar Rojo. Dos países clave de la región implicados en la larga guerra contra Yemen —Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí— mantienen posturas opuestas hacia los hutíes, lo que ha significado un importante obstáculo para el plan estadounidense de poner fin a los ataques marítimos. Una posibilidad manejada por Washington es dar una respuesta militar a los hutíes pero algunos aliados árabes se han negado a ello. Estos prefieren insistir en la vía diplomática y reforzar la protección marítima a los barcos.

Analistas especializados consultados al respecto coinciden en señalar que los objetivos de la operación son vagos si se considera que a los jefes navales no se le han impartido misiones precisas. Así mismo, los buques de la coalición, aunque equipados con armamento avanzado, solo pueden limitarse a repeler los ataques con misiles, escoltando los buques mercantes con buques de guerra, lo cual resulta cuestionable toda vez que el arsenal de misiles de Yemen es inagotable a la luz de las acciones emprendidas en los últimos 8 años, además que, “ni la dirección de las compañías de transporte mundiales, ni los capitanes de los buques mercantes, ni las aseguradoras estarán dispuestos a jugar a esta lotería», según dijo Iliá Kramnik, experto ruso en fuerzas navales. 

Así mismo, Michael Horton, cofundador de Red Sea Analytics International, una firma de asesoría independiente dedicada a ofrecer análisis imparciales sobre las dinámicas de seguridad en el mar Rojo, señaló que los hutíes “solo han desplegado una parte de sus armas, sin utilizar misiles de mayor alcance, drones más avanzados y minas marinas difíciles de detectar”. 

En esta situación, el vicealmirante estadounidense Kevin Donegan señaló que “Estados Unidos también ha estado aceptando como normales los persistentes ataques […] de los hutíes”. Según el New York Times, esto ha llevado a que el presidente Biden se vea obligado a afrontar una difícil elección relacionada con los futuros planes de disuasión de los hutíes. Para ello debe considerar que Arabia Saudí no busca una escalada del conflicto que podría hundir una tregua con los rebeldes negociada con mucho esfuerzo. Por su parte, Tim Lenderking, enviado especial de Estados Unidos para Yemen afirmó a mediados de diciembre que  “Todo el mundo está buscando una fórmula para reducir las tensiones”. 

En la otra parte del conflicto, el pasado 24 de diciembre, el comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, mayor general Hossein Salami anunció que se podría avanzar hacia un bloqueo naval total de Israel si se llegara a cerrar el Mar Mediterráneo, el Estrecho de Gibraltar y otras vías navegables. A la fecha, Yemen ya logró bloquear casi en su integridad el puerto israelí de Eilat, situado en el Mar Rojo, que está funcionando solo al 15% de su capacidad. Vale decir que las fuerzas milísticas de Ansarolá lograron golpear un barco israelí en lo profundo del Mar Arábigo, cerca de la India a mucha distancia del territorio yemení. Por su parte, Irán cuenta con drones y misiles hipersónicos de largo alcance que, en caso de una guerra total contra el sionismo podrían apuntar fácilmente a barcos comerciales que se desplacen por el Mediterráneo hacia los puertos israelíes.  

Así mismo, en la preparación de un combate de otras dimensiones contra Israel, el ejército de Yemen anunció que cuenta con 20 000 soldados reservistas entrenados y dispuestos a luchar junto a las Fuerzas armadas del país en contra de la entidad sionista y la coalición que lidera Estados Unidos.

El 28 de diciembre, Yemen advirtió a Estados Unidos y sus socios sobre la militarización del mar Rojo y afirmó que intensificará sus ataques contra los enemigos si continúa el bloqueo a Gaza. En este contexto, un día antes, los principales comandantes de las Fuerzas Armadas de Yemen se reunieron para discutir los últimos acontecimientos regionales y revisar la disposición combativa de las tropas. Al final del encuentro manifestaron estar listas para cumplir las órdenes del líder de Ansarolá. 

El 4 de enero, después que un contingente naval yemení se enfrentara cara a cara con las fuerzas militares estadounidenses en el mar Rojo, con la pérdida de tres pequeñas embarcaciones y 10 combatientes, el comandante de las Fuerzas de Defensa Costera de Yemen, general de división Muhammad Al-Qadiri advirtió que su país no se reservaba el derecho a responder, sino que respondería determinando el objetivo en cada caso en las islas, en el mar Rojo y en “las bases donde están estacionados los sionistas y los estadounidenses».

Si finalmente Estados Unidos y su alianza decidieran desafiar directamente a los hutíes en el mar Rojo, se enfrentarán a una vasta guerra naval desde el golfo de Adén, el mar Arábigo y el océano Índico. Si eso ocurriera, se desataría una espiral indetenible de confrontaciones de dimensiones incalculables.

En cualquier caso, Yemen ya logró emplear su posición estratégica como fuerza en los equilibrios globales e imponerse como parte importante en la ecuación de confrontación en curso y expresar una de las formas más valientes de apoyo al pueblo palestino que enfrenta la maquinaria de guerra israelí apoyada por Estados Unidos y Gran Bretaña, constituyéndose en una importante carta de presión contra el sionismo y su mentor norteamericano. 

Controlar el canal de Suez, es controlar el 90% del comercio mundial afectando directamente a Israel al golpear su economía. En este sentido los hutíes lograron hacer lo que Israel y Estados Unidos han tratado de evitar a toda costa hasta ahora: “convertir el genocidio en Gaza en una crisis global”.

El periodista libanés Khalil Harb citando al Banco Mundial,  en un artículo en la revista online The Cradle, afirmó que Israel importa y exporta “casi el 99% de los bienes por río y mar” y más de ⅓ de su PIB depende del comercio de bienes”.

Por su parte, el periodista brasileño especializado en política internacional Eduardo Vasco señaló que además de la incidencia directa que está causando el movimiento hutí en Asia Occidental,  sus acciones están “paralizando la economía mundial, es decir, el funcionamiento mismo del régimen capitalista, que está en la raíz del problema de la guerra de agresión en el Medio Oriente”. En este marco, Vasco opina que Estados Unidos e Israel están limitados para realizar un ataque directo a Yemen porque podría haber represalias contra los aliados de Estados Unidos en la región “principalmente contra sus yacimientos petrolíferos, lo que agravaría brutalmente la crisis económica con una de petróleo (que ya ha comenzado). Por esta razón, mientras los Emiratos Árabes Unidos quieren acciones enérgicas contra los hutíes, los saudíes se muestran cautelosos”. 

A última hora y casi al cerrar este artículo llega la información de que Yemen había atacado un barco estadounidense que trasladaba suministros a Israel, dando respuesta de esa manera a los recientes ataques estadounidenses contra las fuerzas navales yemeníes. 

Así mismo, respondiendo a las declaraciones del secretario de Estado de Estados Unidos Anthony Blinken, el viceministro de relaciones exteriores de Yemen, Hussein Al-Ezzi ratificó “la seguridad de la navegación a todos los destinos, excepto los puertos de la Palestina ocupada”,  negando categóricamente las informaciones falsas diseminadas por Washington, Londres y Berlín con respecto a la seguridad de la navegación.

Las líneas precedentes dan cuenta de la capacidad y decisión del pueblo yemení de asumir un protagonismo cierto en la guerra de Israel contra Palestina. En los hechos, hacen patente que, aún siendo un país pequeño y marginado global y regionalmente del desarrollo económico, mantiene una voluntad de lucha que expresa el sentimiento milenario de existir como nación independiente, colocando en entredicho a las principales potencias mundiales al poner trabas e impedimentos a la ejecución imperial de su política en la región a través del pleno apoyo a Israel.

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Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

En 2015, Yemen, un país desconocido para muchos en Occidente, inició una guerra en defensa de su soberanía que estaba siendo amenazada por una alianza intervencionista liderada por Arabia Saudí.  El pueblo yemení tuvo que pagar con la vida de casi 400 mil de sus hijos para mantener su independencia. Muchas personas se han preguntado cómo ha sido posible que un país considerado el más pobre de Asia occidental haya sido capaz de resistir y vencer a una coalición formada por algunos de los países más ricos del planeta. 

Aunque el conflicto se ha prolongado por casi una década, parece haber llegado a una situación que podría llevar a un posible cese del mismo. Si bien se mantiene una situación tensa y acciones bélicas de diferente índole, ha habido una reducción de las acciones militares en los últimos meses.  Ya no es una guerra total, pero tampoco ha llegado la paz. Bajo mediación de China, Arabia Saudí e Irán se reconciliaron, allanando el camino para la superación de varios conflictos en el Asia Occidental y el norte de África. Aparentemente, el de Yemen es uno de ellos.

Ahora, tras la invasión israelí a Gaza, Yemen, junto al movimiento libanés Hezbollah y otras fuerzas revolucionarias árabes y musulmanas han asumido un papel activo en solidaridad con Palestina. Una vez más, Yemen ha sorprendido a todos al tomar decisiones que no solo tienen impacto local, también regional y global. De nuevo, el mundo se ha preguntado cómo ha sido posible que ello ocurriera. En dos entregas, voy a dar a conocer algunos elementos que le permitan a los lectores conocer a Yemen, saber de la histórica lucha y el heroísmo de su pueblo a fin de ayudar a entender el alcance y la dimensión de la decisión yemení de apoyar con todos los recursos a su alcance la justa lucha del pueblo palestino. 

 La república de Yemen está ubicada en un lugar estratégico del planeta, en una región de confluencia de rutas comerciales que conectan Asia, la zona oriental de África y el Mediterráneo. Su territorio, situado en las costas del mar Arábigo y a las puertas del mar Rojo, domina el estrecho de Bab el Mandeb, colocándolo en un lugar privilegiado del globo terráqueo  sobre todo a partir del siglo XX cuando, por una parte se descubrieron en la región grandes yacimientos de energía (petróleo y gas) y por la otra, al considerar el enorme crecimiento económico y desarrollo de Asia Oriental que transformaron a Yemen en paso obligado de la mayor parte del comercio mundial.

Las antiguas ciudades del territorio se unificaron en la antigüedad en el bíblico reino de Saba. Ya desde ese momento comenzó la lucha de los habitantes de la actual superficie yemení por su liberación e independencia, al tener que enfrentar al imperio romano en el siglo I de nuestra era. La poderosa Roma fue derrotada en su intento de dominación.

A diferencia del resto de la península arábiga, el actual Yemen poseía una vegetación prodigiosa que le proporcionaba grandes riquezas a su población por las grandes posibilidades de consumo y comercio que ofrecía. Así, se le atribuye al matemático griego Ptolomeo la denominación de Yemen como la “Arabia feliz”.

En el transcurso de la historia, los yemeníes tuvieron que luchar con himyaritas que desde su religión judía persiguieron a la mayoritaria población cristiana hasta la intervención de los etíopes en el siglo VI. El islamismo llego a la región durante el siglo VII comenzando a configurar una cultura que se sustentaba en la imbricación de variados saberes que hicieron grandes aportes a la humanidad.

No obstante, durante muchos siglos, Yemen se mantuvo al margen del desarrollo cultural y económico que estableció el islam. Fue en el siglo XV cuando el territorio del actual Yemen comenzó a cobrar valor estratégico. En su afán de expansión comercial, los europeos iniciaron la dominación de territorios a lo largo y ancho del planeta. Los primeros europeos en llegar a la región fueron los portugueses que dominaron al país a fin de controlar la vía marítima que les permitía el comercio de especies desde Asia a Europa a través del mar Rojo. 

 En el siglo XVI se inició la conquista otomana con la ocupación de algunos lugares en la costa del mar Rojo, mientras el interior del país y la costa sur permanecieron independientes, gobernados por un imán. Poco después los ingleses hicieron su aparición en la zona, al instalar un puesto de la Compañía de las Indias en el puerto de Moka en el mar Rojo.  

En el siglo XIX los británicos expandieron su presencia al ocupar todo el extremo sudoccidental instalándose en 1839 en Adén, el mejor puerto de la región al mismo tiempo que en 1872 los turcos consiguieron consolidar el dominio en el interior del país, para lo cual instalaron de facto una monarquía hereditaria en el nombre de un imán local. Esta división hizo de hecho, que Yemen se partiera en dos países

Hacia 1870, con la inauguración del Canal de Suez y la consolidación del dominio turco sobre el norte de Yemen, Adén adquirió nueva importancia para la estrategia global británica: era la llave del mar Rojo y, por lo tanto, del nuevo canal.

A principios del siglo XX, Turquía y el Reino Unido marcaron una frontera entre sus territorios, que pasaron a llamarse Yemen del Norte y Yemen del Sur, respectivamente.  En 1934 Inglaterra se aseguró el control de todo el sur del país, hasta la frontera con Omán. 

Durante la Primera Guerra Mundial, el Imán se alió con el Imperio Otomano y se mantuvo fiel a él hasta el fin de la guerra, cuando la derrota de los turcos, le permitió a Yemen recuperar su independencia en noviembre de 1918. No obstante, Gran Bretaña, tras reconocer la independencia de Yemen, en 192, convirtió a Adén en un protectorado y en 1937 en colonia. Una vez más los yemeníes tuvieron que recurrir a la lucha armada por la independencia. En 1940 surgió el movimiento nacionalista “Yemen Libre” para luchar contra el control del país por los imanes que se habían aliado con Gran Bretaña. 

La lucha tomó caminos separados en el norte y en el sur. En 1962 en el norte se creó la República Árabe de Yemen mientras, mientras que en el sur, el Frente de Liberación Nacional, creado en 1963, tomó Adén en 1967 y proclamó la independencia, iniciando una revolución socialista.

Yemen del Sur pasó a llamarse República Democrática Popular del Yemen, clausuró todas las bases británicas en 1969, tomó control de la banca, el comercio exterior y la industria naval, al mismo tiempo que emprendió una reforma agraria. En política exterior, mantuvo una estrecha alianza con la Unión Soviética. Así mismo , promovió una abierta lucha anti sionista y de apoyo al pueblo palestino.

En octubre de 1978, en un congreso que contó con considerable apoyo de la población, el Frente de Liberación Nacional fundó el Partido Socialista de Yemen. En diciembre se realizó la primera elección popular desde la independencia, para designar a los 111 integrantes del Consejo Revolucionario del Pueblo.

Desde los primeros años de su existencia,  la República Democrática Popular de Yemen, el país tuvo que enfrentar la permanente hostilidad de Arabia Saudí que aspiraba a controlar partes del territorio, precisamente aquellas en las cuales se habían descubierto yacimientos de petróleo. Las tensiones se agravaron ante la creciente presencia militar estadounidense en Arabia Saudita.

Mientras tanto, en el norte, el Frente Nacional Democrático (FND), que agrupaba a todas las fuerzas progresistas del país desarrollaba la lucha armada contra Alí Abdullah Saleh, que había llegado al gobierno en 1978. Cuando el FND estaba a punto de tomar el poder, Arabia Saudí intrigó para que el conflicto se desviara hacia una guerra contra la República Popular Democrática de Yemen. La mediación de algunos países árabes propiciaron un alto al fuego y un acuerdo por el cual se reanudaron las negociaciones para la reunificación, suspendidas desde 1972.

Finalmente, el 22 de mayo de 1990, ambas repúblicas se unieron formando la República del Yemen que estableció que la capital política fuera Sana’a (ex capital de la República Árabe de Yemen) y se designó capital económica a Adén (ex capital de la República Democrática Popular del Yemen). En sesión conjunta de las Asambleas Legislativas de ambos Estados realizada en Adén, se eligió un Consejo Presidencial dirigido por el general Alí Abdullah Saleh. La unificación de Yemen no fue bien vista por Arabia Saudí por lo que inició una política de apoyo a la secesión. En mayo de 1994, los secesionistas proclamaron una república de Yemen en el sur del país, pero fueron derrotados por fuerzas leales al gobierno.

Entre junio y agosto de 2004 hizo su irrupción un movimiento que expresaba las creencias de una rama específica del islam de orientación chií:  los zaiditas, cuyo líder era el clérigo Hussein al-Houthi. En honor a él, tras su muerte en combate en septiembre de ese año, el movimiento asumió la denominación de hutí, huthi o Ansarolá (partidarios de Dios). Aunque esta corriente es expresión de una minoría en Yemen, su historia no es reciente, se remonta a mediados del siglo VIII. El zaidismo se identifica por una mayor preparación de sus miembros y está asociado a la lucha por la justicia y a la defensa de la ética musulmana. Esta ideología, sumada a la posición de marginalidad a la que se vieron sometidos después de perder el poder en 1962, vendría a conformar el sustrato en el que se desarrollaría el pensamiento hutí a futuro 

La lucha de los hutíes contra el gobierno prooccidental y pro saudí de Alí Abdullah Saleh fue larga y sangrienta. Debieron acudir a las armas en cinco ocasiones entre 2006 y 2008 en defensa de su territorio en el norte del país hasta que comenzaron a ensanchar su base de apoyo y el espacio geográfico bajo su control. En 2009, Saleh intentando detener a los hutíes, recurrió al apoyo de Arabia Saudí. 

Para los hutíes, el hecho de que un país como Arabia Saudí de corriente wahabí, extremadamente conservadora,  estuviera presente y se inmiscuyera en los asuntos del país fue visto como una amenaza a la soberanía de la nación en general y a la suya como minoría en particular. A partir de ese momento, su lucha, que tenía un carácter estrictamente interno, se transformó en enfrentamiento contra la intervención extranjera.

Aunque en un primer instante los combatientes hutíes sufrieron duras derrotas, incluyendo  (como se dijo antes ) la caída de su máximo líder, se fueron fortaleciendo en el tiempo y a partir de 2011, bajo el nuevo liderazgo del hermano menor de al-Houthi, Abdul Malik, comenzaron a propinar importantes reveses al enemigo. La retórica antiimperialista y antisionista se fortificó al identificar a Arabia Saudí como socio ejecutor de los planes de Estados Unidos e Israel en la zona.

La mal llamada “primavera árabe” tuvo especial influencia en el crecimiento del apoyo al pensamiento hutí en su lucha contra el gobierno represivo de Saleh. En Yemen el movimiento telúrico que agitó a parte importante del mundo árabe, tuvo una respuesta mucho más organizada que en los países vecinos. Ante la fuerza de las protestas, Saleh huyó del país y se refugió en Arabia Saudí siendo reemplazado por su vicepresidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, que intentó poner orden en el país al llegar a un acuerdo con facciones opositoras a Saleh “para cambiar todo sin cambiar nada”, dejando por fuera al movimiento hutí.

A finales de 2014, los hutíes decidieron iniciar la ofensiva sobre la capital. En este contexto, Saleh – sorpresivamente en un intento por recuperar el poder- estableció una alianza con los hutíes para enfrentar a Hadi. Los hutíes, que no habían apoyado los acuerdos de paz suscritos por Hadi, se aliaron con el que fuera su mayor enemigo para tomar la capital. La Guardia Republicana, fuerza leal a Saleh, favoreció la entrada de los hutíes a Sana’a. Hadi huyó a Riad, la capital saudí, desde donde “dirige” los territorios aún no controlados por Ansarolá, actuando en realidad como un títere de la monarquía wahabí. 

Ya en el poder, los hutíes formaron un Comité Revolucionario para dirigir el país.  Así mismo, se vieron obligados a combatir simultáneamente con las fuerzas terroristas de Al Qaeda y con Arabia Saudí que los protege. 

Saleh consideró que los hutíes no habían cumplido los acuerdos que según él,  significaban que debía asumir el poder nuevamente y con apoyo saudí,  se volvió contra ellos. Al consumarse la traición, los hutíes atacaron la casa de Saleh, ajusticiándolo en la acción.

Desde Riad, Hadi pidió la intervención saudí en Yemen. Ante tal solicitud, la monarquía saudí organizó una coalición de países suníes para lanzar en 2015 la operación “Tormenta Decisiva”, estructurada a partir de ataques aéreos sobre los principales enclaves controlados por los hutíes que se saldaría con miles de muertos 

Esa acción que fue prevista como una ofensiva definitiva para hacerse con el control del país, a fin de lanzar una segunda operación denominada “Restaurar la Esperanza” centrada más en el acercamiento diplomático. En realidad, la actividad bélica no cesó en ningún momento, al contrario, las acciones terrestres, aéreas y marítimas de la alianza se vieron reforzada por un bloqueo naval que impidió la entrada de ayuda internacional, sumiendo al país en la peor crisis humanitaria de la historia hasta que se desataron las actuales acciones sionistas en Gaza ambas con apoyo explícito de Estados Unidos. 

Los hutíes haciendo uso de un amplio margen de maniobra sustentado en un mayor y mejor conocimiento del terreno y esgrimiendo tácticas de guerra de guerrillas inspirados -según ellos- en la lucha de liberación de Vietnam y “los movimientos de resistencia en América Latina”, demostraron gran capacidad para golpear a un ejército invasor sin disposición ni moral de combate y carentes de disciplina y motivación para la batalla. Así mismo, la amplia procedencia de los soldados de la coalición que ha incluido la participación de un muy numeroso contingente de mercenarios contratados por empresas privadas, han mermado la capacidad combativa de la alianza vanguardizada por Arabia Saudí

Riad recibió contundentes golpes incluso en su propio territorio, cuando las operaciones combativas de Ansarolá se trasladaron a la profundidad de la geografía saudí a través de un avanzado sistema de ataque a partir de drones y misiles de largo alcance que alcanzaron cuarteles de las fuerzas armadas, refinerías de petróleo y obras de infraestructura crítica a distancias muy lejanas de la frontera común. 

CONTINUARÁ

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Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico

Estrecho de Bab el Mandeb

Por M. K. BHADRAKUMAR de su sitio web

Estados Unidos fue anfitrión de la primera reunión del nuevo grupo de trabajo sobre terrorismo en formato Quad en Honolulu, Hawaii, del 19 al 21 de diciembre. El grupo de trabajo QUAD sobre terrorismo se constituyó en marzo en la reunión a nivel de ministros de Asuntos Exteriores celebrada en Nueva Delhi, organizada por el Ministro de Asuntos Exteriores, S. Jaishankar. 

La declaración conjunta emitida después de la reunión de marzo señaló “con profunda preocupación que el terrorismo se ha vuelto cada vez más difuso, ayudado por la adaptación de los terroristas y el uso de tecnologías emergentes y en evolución, como los sistemas aéreos no tripulados e Internet, incluidas las plataformas de medios sociales para reclutamiento e incitación a cometer actos terroristas, así como para el financiamiento, planificación y preparación de actividades terroristas”. 

Al anunciar el establecimiento del Grupo de Trabajo del Quad sobre Antiterrorismo, la declaración conjunta señaló que “explorará la cooperación entre el Quad y con sus socios del Indo-Pacífico para contrarrestar formas nuevas y emergentes de terrorismo, radicalización hacia la violencia y extremismo violento”. .” 

Una declaración del Departamento de Estado el viernes después de la reunión inaugural del grupo de trabajo subrayó que el foco de la discusión era «mejorar la cooperación del Quad en respuesta a un abrumador incidente terrorista en la región del Indo-Pacífico». [Énfasis añadido.]

La declaración del Departamento de Estado decía además que las discusiones se referían a “presentaciones y un ejercicio teórico centrado en el intercambio de información sobre amenazas terroristas en constante evolución, un mayor desarrollo de mecanismos de coordinación regional y la lucha contra el uso terrorista de tecnologías emergentes. Los participantes (los cuatro países del Quad) exploraron qué capacidades y apoyo podría ofrecer el Quad, y cómo el Quad podría coordinarse para apoyar las capacidades existentes de los países del Indo-Pacífico”. 

No hace falta mucho ingenio para darse cuenta de que Estados Unidos se centra en la situación en desarrollo en el Mar Rojo, donde una coalición de dispuestos encabezada por Estados Unidos está luchando por asumir el desafío al transporte marítimo planteado por los indomables hutíes de Yemen. 

Los hutíes tienen una vieja cuenta que saldar con Israel debido a las repetidas intervenciones encubiertas de este último en la guerra civil en Yemen que se remonta a la década de 1960, debido a la gran importancia de ese país a los ojos de los estrategas israelíes como salida de Israel al Océano Índico y el Lejano Oriente, que hoy se ve agravado por el apoyo de los hutíes a los derechos de los palestinos y la negativa a normalizar las relaciones con Israel.

En abril de 2018, los Emiratos Árabes Unidos, aprovechando la inestabilidad y la falta de un gobierno central en Yemen, simplemente ocuparon la isla de Socotra de ese país, respaldados por tanques, vehículos blindados y artillería. Desde entonces, los Emiratos Árabes Unidos han anexado la isla de Socotra y, en un proyecto conjunto con Israel, están tratando de construir allí una base militar que albergaría a soldados, oficiales y otros expertos y personal militar israelíes en un proyecto para ejercer control militar sobre las rutas marítimas y operaciones de inteligencia. contra Irán. 

Sin duda, las condiciones de inseguridad que afectan el tráfico marítimo hacia el Canal de Suez tendrán enormes consecuencias para la economía mundial en múltiples sentidos: el comercio internacional y las cadenas de suministro, el mercado petrolero, etc. Pero detrás del aluvión de propaganda, las verdaderas intenciones estadounidenses pueden ir mucho más allá.  La demonización de los hutíes proporciona una capa de nubes que oscurece lo que en realidad es una matriz increíblemente compleja.  

Según un análisis del grupo de expertos estadounidense Washington Institute for Near East Policy, Israel tiene planes de desplegar submarinos al este de Suez. Claramente, la base militar de Socotra será ideal para que los submarinos israelíes proyecten su fuerza en el Mar Arábigo. No sorprende que los hutíes estén furiosos por la pérdida de soberanía de su país sobre Socotra y la transformación de la isla en un puesto avanzado israelí con el apoyo tácito de Estados Unidos. Esto es una cosa. 

Los estados regionales son cautelosos a la hora de asociarse con la coalición encabezada por Estados Unidos de los que están dispuestos a desplegar fuerzas navales en el Mar Rojo para preservar los intereses israelíes bajo el pretexto de proteger la «libertad de navegación». Los hutíes no harán concesiones con Israel y los Estados de la región actuarán con cautela para no quedar atrapados en el fuego cruzado. Los hutíes tienen una reputación bien ganada de ser luchadores duros y, en este caso, también son un grupo muy motivado con adrenalina fluyendo por sus venas después de haber resistido la guerra entre Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos para borrarlos del panorama político de su país.

Desde una perspectiva geopolítica, Estados Unidos tiene fuertes razones para dominar el Mar Rojo, donde China tiene una base naval en Djibouti y Washington ha estado alimentando la guerra civil en Sudán para mantener al país en ebullición y bloquear los planes de Rusia de establecer una base de submarinos. . Otro estado litoral, Eritrea, ocupa una posición estratégica clave en el lado oriental del Mar Rojo, que tiene fuertes vínculos económicos, diplomáticos y militares con China y Rusia. 

De hecho, los esfuerzos estadounidenses por derrocar al  primer ministro democráticamente elegido, Abiy Ahmed, de Etiopía , el país más grande del Cuerno de África y alineado con Rusia, fracasaron estrepitosamente. Basta decir que a Estados Unidos no le queda ni un solo amigo o aliado en toda la parte oriental del Mar Rojo.  

La gran pregunta es si la estrategia estadounidense para arrastrar a QUAD –y junto con él, a la India– al Mar Rojo tendrá éxito. En cierto modo, esto es una repetición de la historia cuando, resistiendo la presión de la administración de George W. Bush, el gobierno de Atal Bihari Vajpayee se negó a unirse a la coalición encabezada por Estados Unidos de los dispuestos a invadir Irak en 2003. En retrospectiva, eso resultó ser una sabia decisión. Entonces, como ahora, hay grupos de interés influyentes en Delhi que probablemente abogarían por la participación india en la «guerra contra el terrorismo» encabezada por Estados Unidos contra los hutíes . 

De hecho, los comentarios ambivalentes del portavoz indio en una conferencia de prensa el jueves causan cierta inquietud: “Mire, India siempre, por supuesto, ya sabe, hemos tenido intereses creados y hemos apoyado el libre movimiento del transporte marítimo comercial. Eso es algo que nos interesa. Por supuesto, estamos siguiendo de cerca los acontecimientos allí. En la medida en que creo que hubo… también somos, como saben, parte de los esfuerzos a nivel mundial para… los esfuerzos internacionales para garantizar el envío gratuito, ya sea contra la piratería o de otro modo, la India ha estado involucrada en ello. Así que continuaremos monitoreándolo. Creo que hubo alguna comunicación sobre este grupo de trabajo o la operación, pero tendría que volver a comunicarme con usted sobre cualquier novedad específica sobre ese tema, porque no sé si ha habido alguna invitación específica o nos han pedido que nos unamos o hemos aceptado hacerlo. Como dije, esta es una nueva iniciativa y tendremos que comunicarnos con usted tan pronto como tengamos algo que transmitir al respecto. Pero permítanme enfatizar que hemos sido parte de los esfuerzos para garantizar el tránsito seguro de los barcos en el Mar Arábigo y valoramos la libre circulación del transporte marítimo comercial. No tengo conocimiento de ninguna conversación con ningún país específico, ciertamente Irán o Yemen…” 

Mientras tanto, lo que hay que señalar cuidadosamente es que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, llamó por teléfono al primer ministro Narendra Modi el martes, coincidiendo con la reunión del grupo de trabajo QUAD en Hawaii. Modi escribió más tarde que durante un intercambio “productivo” de opiniones sobre el “conflicto en curso entre Israel y Hamas” con Netanyahu, los dos tenían “preocupaciones compartidas” sobre el tráfico marítimo. La publicación de Modi no profundizó en detalles mientras que la versión israelí afirmó que Modi «señaló que la libertad de navegación es una necesidad global esencial que debe garantizarse».

De hecho, hay mucho en juego para que Israel dé lastre a la coalición liderada por Estados Unidos en el Mar Rojo. Estados Unidos e Israel están desesperados por involucrar a la India en su próxima desafortunada «guerra contra el terrorismo» contra Yemen, un estado civilizacional, para darle a su arriesgada empresa un lugar y un nombre regional.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico.

Por el Licenciado Jorge Nelson Poma.

Introducción

Casi toda la humanidad, a través de los medios de comunicación social, la gran mayoría tendenciosos, los que más que informar, lavan cerebros, salvo algunas honrosísimas excepciones, centra su contenido en la mal llamada “Guerra de Rusia contra Ucrania”, lo que en realidad debe ser señalado como “Guerra de la OTAN contra Rusia a través de la inmolación de la sangre ucraniana”.

Lo señalado es liderado por el poder anglosajón y dirigidos por el poder del dinero, principalmente por la mal llamada Banca Federal Norteamericana, porque la misma no es federal ni norteamericana, siendo la misma una entidad privada, usurera y satánica, que domina al mundo anglosajón, dándole órdenes sobre que debe hacer, en y con el mundo; la subordinación anglosajona y de la OTAN en general, se debe a la descomunal deuda externa que poseen los países integrantes con la entidad privada de marras.

Lo expresado precedentemente, tapa o bloquea otras barbaridades, miserias y desastres, que suceden en otras partes del mundo, en diversos conflictos, entre los que hoy nos ocuparemos de la “Guerra en Yemen”, siendo mejor comprender quienes y porqué están detrás de este Estado desangrándose.

Debemos aclarar que, no colocamos los nombres de los funcionarios, para no complicar este artículo, por tanto quien desee conocerlos, puede recurrir a las fuentes de consulta.

 Desarrollo del análisis comparado

La posición relativa de Yemen sobre el Golfo de Adén, como puerta de entrada al Mar Rojo desde el Sur, lo coloca en una situación estratégica de enorme influencia en la ruta del petróleo, desde el Golfo Pérsico, circunvalando el Sur de la Península Arábica, Golfo de Adén, Mar Rojo y el acceso al Canal de Suez, vale también llamarla, como parte del valor estratégico de suma importancia, “La Ruta del Petróleo”.

Yemen vive graves conflictos de combates interiores, cuyas razones pueden ser ideológicas, religiosas o de otras características; pero como toda guerra, el responsable mayor, no es quien la ejecuta y se desangra, sino aquellos poderes que la producen, en este caso particular, señalamos los principales de quienes motivan esta masacre a dos responsables de la producción del conflicto: Arabia Saudí e Irán.

Yemen está dividido en sectores o regiones tribales y religiosas, enfrentadas desde hace muchos años; en el 2011, durante la “Primavera Árabe”, todos estos sectores se habían unido bajo un gobierno único y una economía que parecía ser mejor, sin embargo volvieron las diferencias religiosas y tribales, quedando fracturado en Yemen del Norte o Suní, con Chiítas/Huties al Sur como movimiento separatista, obviamente que la fractura señalada, brindó el microclima apropiado para ejercer el poder de Arabia Saudí e Irán, en el lugar estratégico ya señalado.

Otros actores supranacionales, intentaron fomentar la paz en Yemen, no por bondadosos, sino porque la paz en la ruta del petróleo, sería muy conveniente a sus propios intereses; estas intromisiones sólo lograron reforzar la fractura entre el Norte Suni 70% y Chiíta del Sur.

En el año 2015, Yemen del Sur, recibió apoyo iraní por identificarse mejor con el movimiento Chiita/Hutíes, el suministro bélico de armamento, logística y apoyo militar de efectivos iraníes, lo que agravó las diferencias con el Norte afín a Arabia Saudí, mientras EEUU se convirtió en el principal oponente al régimen de Irán.

Por lo señalado, observamos la intención de Yemen del Norte de apoderarse y dominar a toda la región; en este punto del conflicto es que ingresa Arabia Saudí a apoyar a Yemen del Norte o Al-Hirak, por lo que la escalada se manifiesta cada vez más en ese fanatismo Norte – Sur, que sólo produce odios, sangre, muertes y una descomunal hambruna.

El Puerto de Huadayda es el principal lugar de intercambio de Yemen con el resto del mundo interviniente, por esta razón Yemen del Norte toma este lugar, motivado por Arabia Saudí y EEUU, Yemen del Sur intenta recuperarlo entre el 2016 y 2017, produciendo bombardeos y bajas de civiles a granel.

Se intenta un alto el fuego, se establece el Acuerdo de Estocolmo, en el que la ONU intenta fomentar la paz entre las partes en disputa, se esfuerzan las naciones en incorporar un programa alimentario para evitar la gigantesca hambruna yemení de ambas partes, pero el conflicto vuelve a intensificarse, dado el fanatismo de las partes.

La población de Yemen es casi 33 millones y medio de habitantes; el conflicto continúa, ya suman cerca de cinco millones de personas migrantes, muerte de niños por hambre y miseria, pero las acciones y provisiones bélicas no se detienen.

Actualmente, un choque de un barco estadounidense con un barco iraní, dio por resultado la detención del barco petrolero por lo que hubo reclamos pacíficos de EEUU contra Irán, este último, dueño y señor de las puertas de la ruta del petróleo en el Golfo de Sidra o Pérsico, Golfo de Omán y con Yemen en su poder, el Golfo de Adén.

De este modo se entiende la importancia que le brindan ciertos actores a la guerra yemení por la posición relativa o estratégica, en la ruta del petróleo; diversas monarquías o nobleza dominaron Yemen desde tiempos remotos hasta que en 1967, dos monarquías o familias nobles opositoras, dividieron en dos a este país de extrema pobreza, así se constituyen Yemen del Norte o República Árabe de Yemen y Yemen del Sur o República Democrática Popular de Yemen.

Con el correr el tiempo y tras la caída de la Ex Unión Soviética en 1990, Yemen del Norte y Yemen del Sur se unificaron en un solo país; con una diferencia del mayor poder ejercido por el Norte, a través de su líder llamado Saleh, quien ejerció un poder económico muy superior a Yemen del Sur.

Aprovechando que los ejércitos de ambos, aún no se habían reunificado, por ello en 1994 reaccionó el Sur en contra del centralismo del Norte y se inicia una guerra civil, la que culmina en completa victoria de Yemen del Norte, quien logra el apoyo de EEUU.

El 70% de la población yemení es musulmana Suní, en tanto que el resto son musulmanes Chiítas. Las olas de protestas de estos últimos, se transformaron en un frente de batalla liderado por Huessein Badredin Al-Houthi, sector que se aglutinó en las escarpadas montañas del Centro Oeste de Yemen, multiplicando de este modo su poder a través de la geografía.

Abatido en el 2004 Houthi, el ejército regular se transforma en guerrillas, las que buscan apoyo en una de las potencias de la región: Irán; mientras Yemen del Norte encuentra el apoyo de Arabia Saudí, arribando en esta situación al año 2011 en que se desarrolla la llamada Primavera Árabe, una especie de revolución en contra de las autoridades por la descomunal corrupción y abusos en toda la Península Árabe y de la cual Yemen, en su extrema pobreza, no escapó.

Para aplacar esta ola de protestas en Yemen del Norte, Saleh pasa su gobierno de 20 años a su Vicepresidente Hadi, lo que no logró apaciguarla. Sucediendo que, con mayor ayuda iraní, tras el incremento del precio del petróleo, lograron expulsar a Hadi; este último apoyados por una coalición árabe y los EEUU, logra retomar el poder en Yemen del Norte e intentando tomar a Yemen del Sur por la fuerza de las armas.

Arribamos al año 2017 con un enorme apoyo a Saleh por parte de Arabia Saudí y la coalición árabe, bloqueando a Yemen del Sur por mar y tierra, condenándolos a una pobreza y hambruna extrema, bombardeo de escuelas, hospitales y otras entidades civiles, al mejor estilo del sadismo supremo.

Se genera un conflicto político entre Saleh y Hadi para liderar Yemen del Norte, finalmente recibe el apoyo pro Hadi, quedando este último en el poder; en tanto que Irán incrementa su logística para los Huthies o Yemen del Sur, ya que los intereses iraníes apuntan a la puerta de entrada al Mar Rojo.

 Conclusiones:

  • Irán, aliado estratégico de Rusia y China, domina el Golfo Pérsico, gran parte de la ruta del petróleo, por lo que sumando a Yemen bajo su dominio, extendería el poder estratégico en la región.
  • Las alianzas estratégicas brindan un poder tal, que integran el juego del tablero mundial, respetando a los actores.
  • Tomemos ejemplo de las alianzas estratégicas de Irán, quien ha tenido el valor por su respaldo de tomar un barco estadounidense en su espacio soberano, sin temor a represalias; imaginemos una Argentina así: Independiente – Libre – Soberana, si integráramos por ejemplo el BRICSA (Brasil – Rusia – India – China – Sudáfrica – Argentina).
  • Yemen se encuentra sumida en una de las peores catástrofes humanitarias del planeta, sin embargo, los medios de comunicación, quitan importancia a esta masacre, con la finalidad de brindar espacio para intereses superiores que conforman la actual multipolaridad mundial, en especial por el dominio de los recursos naturales más valiosos del mundo, en donde quiera que se encuentren.
  • El conflicto yemení y sus fanatismos religiosos, políticos y las motivaciones supranacionales, nos llevan a pensar que difícilmente se encuentren prontas soluciones, por el contrario, al parecer continuará y se incrementará.
  • Suman al conflicto en Yemen, movimientos separatistas, los que complican y contaminan, aún más el desastre humanitario en la región, crímenes de guerra por doquier, se manifiestan desde distintos países, como de los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Irán, el mal llamado Estado Islámico y otros, los que son condenados por diversas ONGs, las que sólo alzan su voz con intereses mezquinos.
  • La ONU, dice que ayuda, pero más que ayudar, se dedica a observar; en tanto que Arabia Saudí, utiliza a Yemen para luchar contra su eterno enemigo Irán, utilizando sangre yemení; lo que podemos comparar con la guerra de la OTAN contra Rusia, utilizando la sangre ucraniana.

FUENTES DE CONSULTA:

Invitados por el galardonado periodista mexicano Roberto de la Madrid para su programa “Detrás de la razón” platicamos el Dr. Eduardo Luque desde España y el Licenciado Carlos Pereyra Mele desde Argentina sobre la “guerra invisible” la Guerra del Yemen invadida por el Reino de Arabia Saudita desde hace una década con un trágico resultado en pérdida de vidas (un verdadero geonocidio); que estaría a punto de llegarse a un acuerdo de Paz que lleve tranquilidad y paz a esa castigada y maltratada zona de la península arábiga donde se cometieron indudablemente crímenes de lesa humanidad, por parte del invasor. Pero poder poner un alto al intento de exterminar al pueblo hutíes o huzíes (en árabe: الحوثيون‎, al-hūṯiyyūn), y encaminarse a una solución negociada del conflicto es una muy buena nueva, que además es la conclusión de los acuerdo de intercambio de embajadores y restablecimiento de relaciones internacionales entre el Reino Saudita y la República Islámica de Irán. Por ello estas novedades nos llevan a afirmar que estamos en la “cresta de la ola” surfeando la misma de los cambios tectónicos que vivimos en estos tiempos.

El acuerdo entre el gobierno central y los rebeldes del Tigray no sólo suprime la base de EE.UU. en el Cuerno de África, sino que reduce fuertemente el tráfico de refugiados hacia Italia.

Por Eduardo J. Vior TELAM

El llamado Cuerno de África tiene una importancia central en la política mundial. Por el estrecho de Bab el Mandeb, entre Yemen y Yibutí, pasa buena parte del comercio que une Asia con Europa. Excepto la mencionada excolonia francesa, los otros tres países de la región (Somalia, Etiopía y Eritrea) han estado durante tres décadas envueltos en guerras limítrofes o civiles que han producido millones de muertes y la emigración de centenares de miles de refugiados que, pasando por Sudán y Libia, intentan llegar a Italia. Tanto más importante es, entonces, el acuerdo de paz que el gobierno central etíope y el Frente de Liberación del Pueblo Tigriña (TPLF, por su nombre en inglés) firmaron el pasado 2 de noviembre por mediación de la Unión Africana.

El acuerdo no sólo restableció la unidad del Estado, sino que cerró una lucrativa fuente de ingresos para los traficantes de refugiados, algunas ONG que trabajan con ellos y la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR, por su nombre en inglés) e implicó una fuerte derrota para la política intervencionista de Estados Unidos. África no sólo resuelve sus problemas rechazando la interferencia de las grandes potencias, sino que también ayuda a solucionar los de Europa.

Hace unos días, al margen de la cumbre climática de la ONU «COP27», celebrada en Sharm El-Sheikh (Egipto), y a la que asistieron unos 120 jefes de Estado y de gobierno, la presidenta del Consejo de Ministros de Italia, Giorgia Meloni, mantuvo una reunión bilateral con el primer ministro de la República Democrática Federal de Etiopía, Abiy Ahmed. Además del deseo de ambas partes de «reforzar las relaciones bilaterales históricas y estrechar los lazos económicos», Italia y Etiopía están unidas desde hace años por un destino común: el coloniaje peninsular hasta 1941 y la inmigración del Cuerno de África hacia el sur de Europa.

Precisamente, en un momento en el que Meloni está enfrentando a las ONG europeas que presionan para que Italia tenga un puerto seguro donde desembarcar a los inmigrantes, la capitulación del Frente de Liberación del Pueblo Tigriña representa un acontecimiento histórico que descarga a Roma de un fuerte lastre. Desde 2004 esta organización había construido en su provincia cuatro campos de acogida para refugiados de la vecina Eritrea, acompañándolos hasta Sudán y gestionando su flujo hacia el Mediterráneo central. De hecho, la mayoría de las víctimas de la tragedia de Lampedusa del 3 de octubre de 2013, donde se hundió un barco lleno de refugiados que provocó la muerte de 359 personas, había salido de esos mismos campos de acogida de Tigray. En la práctica, el Tplf utilizaba a los refugiados eritreos como instrumento mediático y financiero, para derrocar al gobierno archienemigo del país vecino.

Con el acuerdo se acaba la emigracin de centenares de miles de refugiados
Con el acuerdo se acaba la emigración de centenares de miles de refugiados

Etiopía es un país en el este de África de poco más de un millón de quilómetros cuadrados, sin acceso al mar, con una antiquísima tradición cultural, habitado por 108 millones de habitantes mayoritariamente pertenecientes al pueblo oromo, pero con una importante minoría tigriña y varias otras. Probablemente, allí haya surgido el homo sapiens y de esa región provinieron influencias importantes para el surgimiento de la antigua cultura egipcia y el origen de los monoteísmos. En Etiopía se organizó también hace 2400 años el primer estado africano. Ya en el siglo IV adoptó el cristianismo como religión oficial. Este país y Liberia fueron los únicos de África que mantuvieron su independencia durante todo el período colonial, si bien Etiopía fue colonizada por Benito Mussolini entre 1936 y 1941. Como Italia tuvo colonias en Eritrea y Somalia entre fines del siglo XIX y la Segunda Guerra Mundial, toda la región permanece muy ligada a la península sureuropea.

Cuando en 1974 fue depuesto el anciano emperador Haile Selassie (1930-36 y 1941-74), se estableció una república socialista que fue derrocada en 1991 tras la caída de la URSS. Luego de la independencia de Eritrea en 1991 y hasta 2018 Etiopía estuvo gobernada por una coalición de etnias menores liderada por los tigriña.

En 2018 Abiy Ahmed restableció el gobierno de la mayoría oromo, pero en noviembre de 2020 el Frente de Liberación del Pueblo Tigriña desató una guerra contra el gobierno federal que provocó centenares de miles de muertes y millones de desplazados. Tras cinco meses de tregua, en agosto de 2021 los milicianos del Tplf atacaron al ejército etíope, capturando ciudades como Kobo y Alamata, en la región de Amhara. Sin embargo, en encarnizados combates, el ejército federal los hizo retroceder hacia Tigray y en poco tiempo consiguió liberar ciudades como Shire, Axum y Adua.

Etiopa es el Estado ms antiguo de frica y el ms importante del este del continente
Etiopía es el Estado más antiguo de África y el más importante del este del continente

La derrota militar del Tplf, especialmente la conquista de Shire, fue un duro golpe para Estados Unidos, que los había patrocinado, financiado y alentado durante 29 años. De hecho, para salvarlos, presionó fuertemente al gobierno de Abiy, imponiéndole incluso diversas sanciones. No obstante, el primer ministro etíope respondió tomando posesión de todos los aeropuertos de Tigray: «Estas medidas son necesarias no sólo por los repetidos ataques del Tplf, sino también por su activa connivencia con potencias extranjeras hostiles», declaró entonces. Es que, con el pretexto de brindar ayuda humanitaria, numerosas organizaciones financiadas por Washington aterrizaban en los aeropuertos de la región llevando pertrechos bélicos.

Finalmente, el 2 de noviembre pasado, en Pretoria, en una iniciativa promovida por la Unión Africana y presidida por el ex presidente nigeriano Olusegun Obasanjo y el expresidente de Kenia Uhuru Kenyatta, se alcanzó casi por sorpresa un acuerdo de paz entre el gobierno federal de Etiopía y el Tplf, que prevé el desarme total de los milicianos tigriña.

Este acuerdo de paz pone fin a la era del Tplf en el Cuerno de África, a su política divisionista, al odio entre grupos étnicos y a la militarización de toda la región. Su derrota marca, además, el fin del éxodo de jóvenes procedentes del Cuerno de África y es un alivio para Italia. Con el frente tigriña, EE.UU. pierde también su principal base de operaciones en el este del continente. Se trata de un éxito inesperado de la «solución africana a los problemas africanos», un precedente que augura un buen futuro para el panafricanismo y un gran avance hacia un mundo multipolar, libre de alineamientos coloniales.

16 años promoviendo semanalmente la Geopolitica; Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

Eje Central:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) conflicto que conduce a un mundo Bipolar nuevamente

AUDIO:

En la columna semanal del Club de la Pluma, el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, comienza su relato por Brasil, analizando las manifestaciones de Bolsonaro, en su desafío a la Corte de Justicia, avisando que no acataría sus decisiones y promoviendo acciones que evocan el asalto al Capitolio de Washington por las turbas de Trump. 

Luego sigue por Perú, donde sus poderes históricos continúan tratando de eliminar al presidente Castillo con argucias legales y amenazas de juicio político, y con una Constitución creada a medida de ese poder y desde un parlamento que no refleja los votos reales del electorado.

Mientras que desde Venezuela trae datos alentadores por el avance de las negociaciones entre Gobierno y oposición bajo el auspicio de México, y nos habla de los puntos posibles de acuerdos  y de que se podrían suavizar las crueles sanciones de EEUU y la UE, que tanto dolor injusto provoca al pueblo de ese país.

Y termina con la región resaltando las tensiones en el Mercosur por el anuncio del  presidente Lacalle Pou de sus gestiones unilaterales para un Tratado de Libre Comercio China – Uruguay por fuera del organismo. Mientras que China ha propuesto que Argentina ingrese en el grupo BRICS (las potencias emergentes). Dos hechos profundos que darán mucho que hablar. 

Sobre la actualidad internacional, nuestro director se refiere a la noticia de la ocupación íntegra del territorio Afganistán por el poder Talibán, con la toma del Valle del Panshir, y la formación de un gobierno provisional en ese país, recientemente abandonado por EEUU. También nos señala que tres iglesias cristianas (Católica, Ortodoxa y Anglicana) se han unido en un mensaje, con motivo de la cumbre en Glasgow sobre la Protección del Medio Ambiente, pidiendo «LA PROTECCIÓN DE LA CREACIÓN». 

Y entrando en materia de Geopolítica, Pereyra Mele nos ofrece un profundo análisis de LA GUERRA DEL YEMEN, (“una guerra ignorada y olvidada que casi nadie conoce”), empezando por su posición geográfica clave, mientras nos ilustra de los primeros brotes de violencia interna por sus enfrentamientos tribales y religiosos, de los hutíes en el contexto de la disputa entre suníes y chiitas, de la gasolina que echaron las Primaveras Árabes y como la injerencia Saudita la convirtió en una guerra mayor, cruel, terrible. Una guerra que la Petromonarquía y Occidente la imaginaban rápida y fácil y que ahora negocian la paz porque las bazas están virando. Lo que demuestra que el poderío armado, la alta tecnología y los mercenarios contratados, no son garantía de victoria. Y Afganistán es la prueba de esa realidad. 

Y desde esa perspectiva, el politólogo desentraña la estrategia geopolítica de las potencias anglosajonas con el Yemen. Un punto neurálgico y en disputa permanente, ya que sus costas son bañadas por el mar Arábigo, el Golfo de Adén y el Mar Rojo, por el cual fluye gran parte del tráfico marítimo internacional, que condiciona el comercio mundial y el paso de los petroleros del Golfo Pérsico hacia el Mediterráneo. Y por eso menciona al estrecho de Bab el-Mandeb, en el golfo de Adén, como un paso tan importante como el canal de Suez o el estrecho de Gibraltar y que depende del Yemen. Y de allí surgen los motivos de este conflicto que ya es otra GUERRA PROXY, tal cual las definió en el programa anterior. 

Entretanto nos confirma que corren mejores aires para  Siria, Irán y el Líbano luego de guerras impuestas, del sembrado de terroristas y de bloqueos sangrantes para sus pueblos. Todo por parte del imperio anglosajón. Lo que da paso a un cambio sustancial en las relaciones del poder en la región, donde Irán se confirma como potencia regional, que en Siria la guerra va llegando a su fin y que se neutraliza el hostigamiento al Líbano ante la rotura del embargo impuesto por Occidente. Unas realidades que dejan de ser propicias para los intereses de Washington y sus aliados.

Y termina reflexionando que: “El desafío geopolítico mundial se juega también en la península arábiga y con la guerra de Yemen.” 

Eduardo Bonugli (Madrid, 12/09/21)

Yemen entre Mar Rojo y Mar Arabigo: Tres Pasos claves: 1 Ormuz -Golfo Persico/Mar Arabigo – 2 Estrecho de Bab Al-Mandeb Mar Arabigo/Mar Rojo –3 Canal de Suez Mar Rojo/Mar Mediterraneo
Bab al Mandeb es una pieza importante en la disputa geopolítica regional. Por un lado, da acceso a los recursos minerales de África oriental, codiciados por economías occidentales, árabes y asiáticas. El continente africano reúne el 57% del cobalto del mundo y su suelo representa el 24% del terreno cultivable del planeta. Por otro lado, el estrecho es un chokepoint, un cuello de botella fundamental en el comercio global: alrededor del 10% del petróleo mundial que se transporta por mar pasa por aquí. Cualquier incidente en estas latitudes tiene consecuencias directas en los mercados internacionales.