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Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

Durante la semana nos dejaron dos grandes amigos y hermanos, Alexis Texier, chileno, compañero de lucha en aquellos aciagos días de combate frontal a la dictadura cívico militar comandada por Pinochet. Así mismo, partió a la inmortalidad Roberto Cirilo Perdía, líder montonero quien me ayudó a dar los primeros pasos en la vida clandestina en aquellos intensos años 70 y 80 del siglo pasado. Perdía fue un maestro, solidario, fraterno, consecuente hasta el último día, de esos revolucionarios que jamás se rindió y jamás se amilanó. Era de una integridad a toda prueba que desearíamos para los jóvenes que hoy se incorporan a la lucha. Alexis y Roberto. ¡Hasta la Victoria. Siempre. Venceremos!  

Ante esa situación, es válido ahora preguntarse cuáles podrían ser las motivaciones del presidente Macron para hacer pública su animadversión hacia Rusia y su interés en protagonizar y vanguardizar una cruzada europea contra Moscú. Pareciera que en este caso, las razones no son tan mundanas como en el anterior, no obstante, es comprensible la ira del presidente francés al observar que la otrora potencia colonial que hoy dirige, se está desvaneciendo bajo su mandato. 

Lo dijo él mismo en marzo del año pasado durante una visita a Gabón cuando afirmó que «la era de la ´Francáfrica` ha terminado», lamentando que todavía se vea a su país como injerencista en los asuntos internos de las naciones africanas. Cuando hizo tal afirmación , había transcurrido poco más de un año desde el inicio de la operación militar especial (OME) de Rusia en Ucrania.

¿Podría decirse que la OME fue causante de la reciente debacle del poder francés en África? Es difícil dar una respuesta terminante en ese sentido, pero, de lo que no cabe ninguna duda es que tal hecho ha tenido una relevante influencia en la decisión de los Estados africanos de alejarse de Francia, lo cual no es más que otra expresión de la crisis estructural de la hegemonía occidental sobre el planeta, sobre todo cuando en sentido contrario, cada vez mayor cantidad de países de ese continente se acercan a Rusia y también a China. Vale recordar que con el ingreso de Etiopía y Egipto al BRICS, el continente africano sumó tres miembros en ese organismo, más que Europa y América que solo tienen uno y solo por debajo de Asia que cuenta con cinco. De manera tal que el protagonismo de África en el mundo nuevo que está naciendo es de indudable relevancia. 

La mayor parte de los países africanos se negaron a sumarse al bloqueo mundial que tramó Occidente contra Rusia tras la OME. Más que eso, Mali y Burkina Faso solicitaron a París que retirara las fuerzas militares de sus territorios, dada su total ineficacia en la lucha contra el terrorismo que había sido esgrimida como causa para su presencia en la región. En junio del año pasado, el canciller de Mali, Abdoulaye Diop declaró sin ambages que su país “no quiere que los derechos humanos sean instrumentalizados o politizados, ya que no son prerrogativa de ningún país o civilización” y agregó: “Sorprende que algunos países que han practicado la esclavitud o la colonización, hoy sean los que dan lecciones a otros de derechos humanos”.

El interés económico de Occidente en la región es más que evidente. En particular, en fecha reciente los países del Sahel (Burkina Faso, Chad, Mali, Mauritania y Níger) han cobrado especial relevancia por la gran riqueza que guardan en su suelo y subsuelo: Níger tiene entre 5% y 7% del uranio de grado más alto del mundo y la quinta reserva más grande del orbe. Mali tiene grandes reservas de litio,  bauxita, mineral de hierro, oro, manganeso y piedra caliza. Chad tiene agua, un activo particularmente valioso en esa parte del mundo.

Los cambios de gobierno protagonizados por jóvenes militares anticolonialistas y defensores de la soberanía de sus países, han desplazado a líderes asentados en el poder gracias al apoyo de las metrópolis, cambiando la cara de la región y en alguna medida, de toda África. Las amenazas de París como respuesta a la decisión de los nuevos gobiernos de expulsar a los militares europeos ha sido respondida con el acuerdo de Mali, Burkina Faso y Níger de ir hacia mecanismos de integración avanzados que incluyan las áreas económicas, financieras y hasta las de seguridad y defensa. 

Entre los antecedentes de estos países, además de un pasado colonial común, cabe destacar que en algún momento de su historia reciente contaron con gobiernos socialistas autóctonos que fueron brutalmente combatidos y destruidos por la injerencia de la metrópoli en alianza con Estados Unidos que ahora, de forma oportunista, busca achacar de todos los problemas de África a Francia, a fin de abrirse un espacio que le dé presencia y relevancia en la África del futuro.

Así mismo, los tres países se han visto atacados por fuerzas vinculadas al terrorismo encarnado en Al Qaeda e ISIS que se han filtrado a través de la frontera norte de Malí con Libia tras el asalto dirigido por la OTAN contra Muamar el Gadafi. Por otra parte, la obligación de estos países de utilizar la moneda franco CFA es expresión del control colonial que aún ejerce Francia en la región. Esta moneda está controlada por el Tesoro francés, el 50% de las reservas monetarias deben colocarse en ese país al mismo tiempo que todas las monedas y billetes que siguen vinculadas al euro,  se acuñan en la metrópoli. 

Las protestas contra el CFA, llamada “la última moneda colonial” ha crecido durante los últimos años, como expresión del rechazo al control colonial francés sobre las finanzas de catorce países africanos. En consecuencia, los llamados al fin del CFA exponen tal vez como ningún otro hecho, el repudio al sistema colonial francés.

Por el contrario, los acuerdos de los países africanos con China y Rusia, marchan a ritmos acelerados.  Una visita del canciller ruso Sergei Lavrov a África en febrero del año pasado dejó en claro que los lazos establecidos por la Unión Soviética y mantenidos por Rusia marcan una diferencia en la forma en que Occidente se relaciona con el continente. Tras ese encuentro, Rusia suministró cereales, fertilizantes y combustibles a Mali al tiempo que Lavrov agradecía a ese país por sus votos en la ONU contra la glorificación del nazismo.

Los pueblos africanos no olvidan que en el último medio siglo contaron con el apoyo multilateral irrestricto de la Unión Soviética, incluso en el terreno militar, para sacudirse del colonialismo, dando continuidad a la cooperación en la difícil tarea de erigirse en países independientes. Más recientemente, Rusia se ha encadenado a esa política. Contingentes militares rusos asesoran a los países africanos para entrenar a los militares y ayudarles en la lucha anti terrorista.

Es algo que Francia ni Estados Unidos pueden hacer, sabiendo que han concedido financiamiento, armas y entrenamiento a estos grupos terroristas que han crecido bajo su cobijo en Afganistán, Irak, Siria y otros países. Según lo afirman algunos líderes africanos: “No puedes ser parte de la solución cuando eres parte del problema”.

Francia ha actuado en África a partir de su interés en ejercer influencia política para garantizar sus intereses económicos, en particular la producción de uranio que alimenta sus plantas productoras de energía y que obtiene a bajo costo en Mali. Por supuesto, sus acciones se han visto amparadas en su membresía en la OTAN sirviendo a los intereses globales de esta organización militar terrorista que busca afianzar el mantenimiento de la hegemonía occidental.

De ahí que su pérdida de influencia no solo afecta a la nación gala, también a todo el bloque. La concatenación de hechos y la sucesión de los mismos hablan por si solos. Además de Mali, Burkina Faso y Níger, Chad se está alejando de París y acercándose a Rusia. Este país junto a Mauritania son las últimas reservas de Francia en el Sahel. Pero, yendo más allá, si se toma esta agrupación en su conjunto, y Chad continua su distanciamiento de París, el golpe contra Francia podría ser definitivo sobre todo si Mauritania siguiera el ejemplo. 

En una lógica regional, es válido decir que la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) un instrumento bajo control colonial que cuenta con casi 400 millones de habitantes y 5.112.903 km², y que tenía 15 miembros, hoy se encuentra en franca crisis. 4 países están suspendidos y de ellos, tres se han ido definitivamente, Burkina Faso, Malí y Níger. El cuarto, Guinea, también es muy probable que se aleje de la organización. Podría decirse que, no obstante a eso, la mayoría permanece, pero debe saberse que los tres que se fueron y el cuarto suspendido, hacen 3.000.000 de km², de los 5.112.903 Km²totales, es decir, un 60%.

En el trasfondo, hay una intencionalidad de darle carácter único y universalizar la cultura occidental como si Occidente fuera todo el mundo. Lo dijo de otra manera el expresidente de Nigeria Olusegun Obasanjo: “ La democracia occidental no ha logrado funcionar de modo adecuado en África, ya que fue impuesta por los colonizadores”. El exmandatario nigeriano fue más explícito: “El ejercicio de la democracia de tipo occidental ha fracasado en el continente africano porque, con ese modelo político, se pasa por alto la opinión de la mayoría de la población”, resaltando que tal democracia constituye «un gobierno de pocas personas sobre toda la gente, y estas pocas personas son los representantes solamente de una parte de la gente, no los representantes de toda la gente de pleno derecho».

En este contexto, en vez de la democracia liberal occidental, Obasanjo opinó que en el continente debía aplicarse la «democracia afrocéntrica», diferente al sistema democrático occidental, ya que dicho sistema no tenía nada que ver con la historia y la cultura de los pueblos del continente. Finalizó afirmando que: «La fragilidad y la inconsistencia de la democracia liberal tal y como se practica, deriva de su historia, contenido, contexto y práctica», por lo cual, debería «cuestionar su desempeño en Occidente».

Será muy difícil que Europa -por su convicción de ser un jardín rodeado de selva como lo afirmó Josep Borrell, Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad- pueda aceptar un mundo multicultural, multiétnico y multipolar. Mucho menos que su concepto de democracia sea cuestionado y puesto en entredicho. 

Pero los nuevos líderes de Mali, Burkina Faso y Níger Assimi Goita, Ibrahim Traoré y Abdourahamane Tiani respectivamente, han comprendido la situación, han aprendido de su pasado y de los errores cometidos por algunos de sus predecesores como Kwame Nkrumah y Thomas Sankara y se dieron cuenta que el panafricanismo “debe ser algo más que una teoría contenida en libros superventas o escondida en discursos para agradar a las multitudes”.

Ahora, estos nuevos líderes están demostrando inteligencia estratégica y han comprendido que la principal alianza debe ser entre los militares y los pueblos para que estos se conviertan en activos sujetos de la gestión política del Estado. Pero han ido más allá, están construyendo mecanismos comunes de defensa y seguridad como estipula la Carta constitutiva de la Alianza de Estados del Sahel formada inicialmente por los tres países. Su capacidad y visión de futuro los ha llevado a producir radicales cambios incluso para elegir sus aliados y trazar un rumbo distinto en el escenario internacional. En esa medida, han expulsado a los franceses, al tiempo que establecen sólidas relaciones con Rusia.

Washington y sobre todo París, “sangran por la herida”. Es la única manera de explicar la estupidez estratégica que resuma Macron y sus adláteres, suponiendo que van a conseguir en Ucrania lo que han perdido en África. De ahí el anuncio de enviar tropas a combatir en ese país. No contentos con la muerte de decenas de mercenarios que suponiendo que el “allons enfant de la patrie” los autoriza a guerrear contra cualquier pueblo del mundo y olvidando la derrota de Napoleón a las puertas de Moscú en 1812, Macron pretende escalar la participación francesa en Ucrania. Vale destacar que Napoleón que sí era un gran estratega, no un banquero mediocre como Macron tratando de jugar a la guerra, fracasó estrepitosamente en su intento de someter a Rusia.

Pero Macron no es el único soñador incapaz en Francia. Para satisfacer a su cabecilla, el jefe del Estado Mayor de las fuerzas terrestres del país, general Pierre Schill, afirmó que “el ejército francés está listo para luchar con Rusia”. Para esa misión cuentan con 15 mil hombres aunque podrían llegar a concentrar 20 mil.

La manera de hacerlo, fue explicada por el coronel y “experto” francés Vincent Arbarétier, en el canal LCI de la televisión francesa. Según él, existen dos escenarios: el primero es concentrar ese contingente de tropas francesas a lo largo del río Dniéper y el segundo en la frontera con Bielorrusia. En esa situación, si Rusia no se detiene, “corre el riesgo de quedar bajo nuestro fuego, incluyendo el fuego no convencional”. En su opinión, Rusia no considerará el hecho mismo del despliegue de tropas francesas como una provocación, pero se verá obligada a negociar en las condiciones de Francia. Si no fuera porque lo escuché, habría dicho que era inverosímil que un oficial de academia haya expresado tal idiotez.

¿Sabrá este “experto” que Rusia tiene casi un millón de efectivos sobre las armas y 2 millones en la reserva y que Francia solo cuenta con 205 mil en activo y 35 mil en la reserva? ¿Sabe además que Rusia posee un potencial de movilización de hasta 71 millones de combatientes y que Francia solo podría movilizar 30 millones? (todas cifras del Global Firepower 2022, una institución muy lejana de Putin y de Rusia).

Y si de “fuego no convencional” se trata (OJO, esto fue mencionado por el “experto” coronel Arbarétier, no por el presidente Putin ni por los generales Shogun o Guerásimov),   Rusia posee 5.580 ojivas nucleares y Francia, 280. Además Rusia cuenta con misiles hipersónicos de tipo Zircon, Kinzhal y Avangard mientras que Francia no posee ninguno y tampoco tiene tecnología para interceptarlos, por lo que cualquier objetivo en territorio francés desaparecería en 3 minutos. Ese es el tiempo máximo que duraría una guerra de Francia contra Rusia. 

Se podría comprender el desánimo de Macron por su derrota en África, pero es difícil entender su disposición a hacer desaparecer su país en menos de 3 minutos solo para ser famoso sirviendo a los intereses de Estados Unidos.

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Javier Benitez entrevista a Carlos Pereyra Mele en Ajedrez Geopolitico

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció que su país desplegará militares en la ciudad de Odesa para seguir apoyando a Ucrania, según reveló el periódico ‘Le Monde’. Mientras, en una entrevista que concedió a la televisión francesa, declaró que Rusia no debe ganar el conflicto contra Ucrania y que Donald Trump no ganará las elecciones.

Tarotista Macron

Con aires de Napoleón resucitado, durante una reunión que mantuvo con un grupo de invitados en el Palacio del Elíseo y al admitir el deterioro que están sufriendo las fuerzas ucranianas, Macron declaró con suficiencia: «De todos modos, el año que viene tendré que enviar a algunos muchachos a Odesa».

Esta afirmación del jefe de Estado francés suena como una expresión de deseo, según el director de Dossier Geopolítico Carlos Pereyra Mele. «La pregunta que nos deberíamos hacer es: ¿a cuál Odesa van a ir, a la Odesa que controla Ucrania, o a la Odesa que controla la Federación de Rusia?», ironiza el experto.

«Hasta el día de la fecha no hay un solo día en los medios de comunicación, a pesar de la censura, que demuestren que Ucrania tiene alguna posibilidad de enfrentar exitosamente a las fuerzas de la Federación de Rusia. Ha perdido Bajmut, Advéyevka, las aldeas que las rodean, y cada día que pasa las informaciones que vienen, fundamentalmente del país que es jefe de la OTAN, me refiero a EEUU, a través de sus voceros semioficiales, como el Washington Post, el New York Times, etc. Todos informan de la tremenda incapacidad ucraniana de poder cubrir las bajas que han tenido durante la contraofensiva y de este período de derrotas tras derrotas», señala el experto.

AUDIO:

Mientras, en una entrevista que concedió a la televisión nacional, Macron mostró su catadura imperialista y monárquica: «Rusia no puede ni debe ganar esta guerra», para afirmar a renglón seguido que el conflicto en Ucrania es «existencial» para su país y para toda Europa, y al mismo tiempo reiteró su posición de «no descartar» el envío de tropas francesas a Ucrania.

Entonces, llegó el momento oráculo de Macron. Cuando le preguntaron si Trump podría desempeñar el papel de mediador y mantener un diálogo con el presidente ruso, Vladímir Putin, el galo echó el resto: «Por lo que sé, no creo que Donald Trump llegue a ser presidente de EEUU».

«O Macron es un tarotista, tira las cartas y sabe lo que va a pasar en el futuro, o evidentemente, como se dice acá [en Argentina] a los que tienen problemas cerebrales, ‘está sacado’. Porque hacer declaraciones sobre las posibilidades de que triunfe, o no triunfe, un candidato de EEUU para unas elecciones que se van a realizar en noviembre, y que además no hay una sola encuesta en EEUU que diga que, si se realizan hoy las elecciones, Donald Trump no gana por 15 puntos de diferencia sobre Joe Binden. La verdad es que [las de Macron] son unas declaraciones totalmente fuera de lugar y carentes de fuentes concretas y serias para decir semejante cosa», sentencia Pereyra Mele.

LA SEGREGACIÓN INTERNA Y EL AISLACIONISMO EXTERNO QUE AMENAZAN ARGENTINA son los preocupantes temas que trata en su columna del Club de la Pluma, el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en medio de la guerra híbrida global fragmentada de EEUU y sus socios, contra Asia, que afecta de pleno a nuestros territorios tan llenos de riquezas. Con un Occidente decadente y deambulando sin rumbo, sin doctrina y sin respuestas a semejante desafío. Con el único argumento belicista de “invertir” en la industria armamentística pero con menos poder real, político, militar, industrial, tecnológico o científico. Y con Argentina sufriendo una espantosa crisis económica y social por el gobierno de Milei, que está transformando al país en una entelequia geopolítica, o lo que es peor, en una nada misma.

Y también denuncia y analiza la reimplantación, a manos de anglosajones y europeos, de un viejo complot imperial instigando al secesionismo interno de Argentina en tres o cuatro regiones “independientes” que les permita garantizarse el control de las mismas, destruyendo la fuerza del estado y las estructuras provinciales y para anular su función de organizador social, político, estratégico y geopolítico. Y para asegurarse con la división del país, la fácil enajenación y expolio de los recursos naturales. Un proceso de destrucción nacional gestado en el intento del presidente libertario de acumular autoritariamente la suma de los poderes del estado, en lo que estarían colaborando los actuales gobernadores afines a este ejecutivo extremista.

AUDIO

También aborda las graves consecuencias del AISLAMIENTO INTERNACIONAL DE ARGENTINA en el proceso de cambio global y analiza los puntos claves donde Milei comete errores importantes en el manejo de las relaciones internacionales:

  • Romper relaciones comerciales con China y Brasil, los dos principales socios comerciales de Argentina en el mundo.
  • Abandonar los BRICS+ siendo un socio preferente de la mayor organización comercial del nuevo mundo en alza, para ubicarse en la lastimosa “cola de ratón” del mundo occidental en decadencia.
  • Posicionarse incondicionalmente con Israel y Netanyahu, haciendo a Argentina cómplice indirecto del genocidio palestino en contra de la mayoría de los estados del mundo.
  • Declararse admirador de un “perdedor” como Zelensky, meter al país en guerra y en el bando perdedor, a la vez que se enfrenta sin beneficio al bloque asiático.
  • Provocar conflictos con Colombia, Bolivia, Chile y Venezuela.
  • Rogar ayuda de Biden para créditos del FMI y viajar a EEUU a dar el apoyo a su enemigo Trump.
  • Permitir, en concordancia con Washington, la ocupación territorial por Inglaterra del Mar Argentino sobre el Atlántico Sur, para su usufructo de las reservas pesqueras, petroleras y de cualquier otra riqueza.

Finalmente, Pereyra Mele concluye con que es tiempo de que “los argentinos vayan a por las cosas”, sino la segregación, el secesionismo y la disolución serán un escenario probable.

Eduardo Bonugli (Madrid, (17/03/24)

LA POLITICA EXTERIOR DE MILEI

Milei retuiteó una publicación que habla de «la dictadura de Lula» y hay presión para que Brasil llame a consulta al embajador

https://www.lapoliticaonline.com/internacionales/milei-retuiteo-una-publicaron-que-habla-de-la-dictadura-de-lula-en-brasil/

Con la ruptura con China y Brasil que propone Milei, Argentina perdería u$s 22.000 millones

https://lmdiario.com.ar/contenido/431365/con-la-ruptura-con-china-y-brasil-que-propone-milei-argentina-perderia-us-22000-

La Cancillería busca contener el malestar de la Casa Blanca tras los gestos de Javier Milei a Donald Trump

https://tn.com.ar/politica/2024/03/14/la-cancilleria-busca-contener-el-malestar-de-la-casa-blanca-tras-los-gestos-de-javier-milei-a-donald-trump/

Milei llama “comunista asesino” a Petro y Colombia llama a consultas a su embajador en Argentina

https://elpais.com/america-colombia/2024-01-26/milei-llama-comunista-asesino-a-petro-y-colombia-llama-a-consultas-a-su-embajador-en-argentina.html

La fuerte crítica de Nicolás Maduro a Javier Milei: “Eres un error fatal en la Argentina”

https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/la-fuerte-critica-de-nicolas-maduro-a-javier-milei-eres-un-error-fatal-en-la-argentina-nid16012024/

Venezuela prohíbe a los aviones argentinos sobrevolar su espacio aéreo

https://www.bbc.com/mundo/articles/cv2yvrvwj11o

AUDIO DE LA COLUMNA SEMANAL DE POLÍTICA INTERNACIONAL DE LOS DÍAS VIERNES EN RADIO BELGRANO AM650 DE LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES DEL DIRECTOR DE DOSSIER GEOPOLITICO PROF. LIC. CARLOS PEREYRA MELE

https://ar.radiocut.fm/radiostation/belgrano650/listen/2024/03/15/08/22/00/

Por: Dr. Jorge Rachid que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Quizás el título le resulte extraño a quienes no visualizan la política internacional en forma periódica, pero la confrontación del Mundo Multipolar (BRICS, OCS, Liga Árabe, Unión Africana, CELAC) bajo amenaza del Mundo Unipolar (EEUU, Israel, Inglaterra, Unión Europea, OTAN) se despliega a nivel Global. En algunas latitudes a través de cruentas guerras, en otras con sanciones económicas masivas, puntualmente en América Latina y no es casualidad, ya que el Mundo Unipolar la considera territorio propio desde hace 500 años, lo hace a través de Bloqueos a países hermanos y desestabilizaciones a las democracias que hayan elegido Gobiernos populares, que son las que intentan colocar límites al Mercado como ordenador social de los Pueblos.

Esa es una razón por la cual los Medios Hegemónicos, a nivel nacional e internacional,  no profundizan la información internacional, es más la ocultan, la manipulan o tergiversan, porque de hacerlo el Pueblo se enteraría de quienes son los protagonistas de la película que estamos viviendo en la Argentina con Milei, cuáles son sus conexiones internacionales, a qué intereses financieros responden y con quienes pactaron la entrega de la Soberanía Nacional en recursos naturales, lo cual incluye al deterioro de la calidad de vida de los argentinos, con destrucción de empleo e industria, sumado a la pérdida de los avances científicos tecnológicos, que nuestro país lidera a nivel Latinoamericano.

Pocos argentinos responderán conocer a Richarson generala de la lV Flota de EEUU, menos aún sabrán que la base ofensiva de Inglaterra en Malvinas, que tiene más militares que kelpers, trabaja en conjunto el Plan colonizador, siendo ambas parte de un Plan Estratégico sobre nuestro país, en su partición de la zona Austral. La ofensiva Atlántica, así se llama la coalición Unipolar que incluye a Israel y la Unión Europea, intenta frenar la expansión del Multipolarismo, que ya ha volcado el mapa comercial y político mundial hacia el Oriente. 

Las amenazas, las extorsiones, las deudas, el cierre de Mercados, la prohibición de nuevas tecnologías, el cierre de la investigación aplicada, la destrucción de la industria, el sometimiento a un comercio chico Occidental de 1.800 millones de habitantes del planeta, dándole la espalda al BRICS, la OCS, el Banco Asiático de Infraestructura e Inversión, al Banco del BRICS, a la Ruta de la Seda y la Ruta del Ártico, explican parte de esa lucha que abandona 6.400 millones de personas de un mundo, que nuevamente intentan clausurar, borrar de la información como hasta el año1970, pese a la proclama del libre comercio.

Volvamos a la información, hasta el año 1970 China no existía para el Mundo Occidental, no formaba parte de Naciones Unidas y sólo era reconocida Taiwan, por decisión de EEUU que castigaba así la Revolución Maoísta de 1949 triunfante en la Larga Marcha de 20 años en contra del colonialismo, inglés y la ocupación japonesa. Los aliados de Mao occidentalizados huyeron a Taiwan, que hoy EEUU/UE quieren reflotar en la confrontación, para poner límites a la expansión China, que ya recuperó sin sangre, con políticas a largo plazo, Macao, Shangai y Hong Kong, con el lema “un país dos sistemas”.

Vemos entonces como las piezas del tablero mundial se mueven: hasta hace poco Arabia Saudita era parte de la coalición EEUU/Israel, de hecho bombardeaba Yemen desde hacía 5 años por orden de EEUU, pero ahora ha sellado una alianza con Irán bajo el auspicio Chino, con lo cual el Estrecho de Ormuz queda bajo influencia oriental, por donde transcurren el gas y el petróleo mundial. Por esa razón EEUU declara terroristas a los Hutíes yemenitas que lo controlan. Esa acción, la alianza propiciada por China, permitió que Siria retornase a la Liga Árabe y que el BRICS se abriera a 11 países, entre ellos Argentina, que Milei decidió cancelar en acuerdo con las directivas emanadas a su Presidencia desde EEUU/Israel.

La iniciativa, si se puede llamar así, de Milei de trasladar la Embajada Argentina a Jerusalém e invitar a Selenski a su asunción, pone al país en un estado involucrado en guerras, que si bien en su fase bélica se desarrolla en otros territorios, va tomando volumen en las decisiones políticas internas, volcadas a fijar el colonialismo que va adoptando el Gobierno. El Genocidio israelí en Gaza y no frenar la confrontación en Ucrania, forma parte de un involucramiento innecesario, sólo explicable por la sumisión a los dictados de EEUU e Israel únicos aliados de Milei, que propician ambas confrontaciones en función de que la producción de armas, constituye hoy parte importante de sus PBI.

No se lee en los Medios Hegemónicos, que la OTAN declaró enemigos en su última reunión, a China y Rusia, que además aumentó los presupuestos en armamentos de los países miembros, comunicó a las empresas líderes europeas, en especial automotrices, matricerías, industria pesada y textiles, que adopten las medidas necesarias para su fabricación a escala, en caso de desatarse una guerra global prevista. Es la verdadera razón de la prolongación de las guerras actuales.

Al mismo tiempo se produce el desembarco de nuevas Bases Militares de EEUU en Europa y 17 de las mismas en Suecia, nueva socia de la OTAN, con la característica que ese país es limítrofe con Rusia. Sería similar a que Rusia coloque Bases Militares en México, Cuba, Nicaragua, Venezuela lo que anticiparía una guerra militar, ya que la guerra comercial, de recursos, diplomática, geopolítica está en pleno desarrollo desde hace años, como lo define Francisco, el Papa argentino que reza por la paz mundial.

Es cuando la definición Unipolar de debilitar la Argentina aparece en varias hipótesis con escenarios diferentes: fragmentación geográfica y política, control económico y estatal, partición parcial Patagónica, apropiación de Vaca Muerta y el Litio, compra compulsiva de territorio argentino con Glaciares, expansión OTAN a Mar territorial, Antártida y control de Pasos Bioceánicos. 

Ese diseño es funcional a la necesidad de impedir la reconstrucción del UNASUR y del desarrollo regional conjunto de Latinoamérica, al mismo tiempo del ataque sistemático de Guerra de lV generación psicológica, a los procesos populistas de la región, manteniendo el Bloqueo a países “hostiles”, según la propia definición del Departamento de Estado de EEUU y las FFAA especiales, desplegadas en las 70 bases militares en la región.

Por lo cual Milei es sólo la punta de un iceberg, que esconde una estrategia de dominación colonial con apropiación de recursos naturales estratégicos en la región y una avanzada de guerra en otras latitudes. Como esto está pasando en el Mundo, que ha cambiado hacia el Oriente, el diseño pos ll Guerra Mundial que forjó Naciones Unidas tal cual la conocemos, ha perdido su rol de equilibrar los conflictos y evitar nuevas masacres como en ambas guerras mundiales, al ser desbordada por la nueva situación geopolítica. 

Tanto el Plenario de la UN, como el Consejo de Seguridad, con los vetos de países en conflicto entre ellos, han desvirtuado su funcionamiento siendo sólo una pantalla sin capacidad de decisión. Lo mismo sucede con sus dispositivos que con los años en vez de armonizar, se dedicaron a extorsionar, endeudar, controlar a los países llamados emergentes o periféricos a través del FMI , BM, OCDE, OMS Tribunales de Justicia de La Haya, ya caducos en su accionar.

Entonces la Guerra Mundial no es algo lejano a la Argentina de hoy, es más somos actores de la misma como un  experimento anarco libertario, así llamado como eufemismo de nuevas formas de autocracias dictatoriales, a los fines de controlar los procesos políticos no alineados con el mundo Unipolar. Esa situación es delicada y no expresada al conjunto del pueblo argentino, que cualquier mañana posible puede encontrarse en un proceso de guerra mundial que afectará al país en muchos aspectos. 

Quizás el más preocupante sea la dependencia de medicamentos esenciales o materias primas, además de insumos importados, rubro en el cual poseíamos soberanía sanitaria hasta los años 70, que perdimos por la lógica neoliberal de importar por costos (Escuela de Chicago Milton Friedman), como sucede en la actualidad Milei. Estar involucrados siendo parte de la guerra, impide el despliegue como proveedores neutrales en cualquier conflicto, dañando la capacidad industrial argentina, en especial alimentos, que permitió en la época de Perón acumular ventajas comparativas, que dieron lugar a un proceso de sustitución de importaciones y de Justicia Social.

Una guerra lejana es un drama en el cual podemos colaborar y crecer desde la solidaridad y luchando por la paz, una guerra cercana sólo promete dolor social y muertes argentinas. Ese el  Mundo Milei, que es un proyecto que implica un proceso de desguace nacional de consecuencias impredecibles, a menos que tomemos el caminos de un diseño estratégico de Patria, ya definido en términos conceptuales y doctrinarios de la Comunidad Organizada, con Justicia Social y Soberanía política, en términos de Patria Matria Grande, por la que lucharon nuestros Padres Fundadores: San Martín, Bolívar y Artigas.

JORGE RACHID CABA, 14 de marzo de 2024

BIBLIOTECA

Boron Atilio,Sader Emir, Claudio Merino: Hacia la Tercera Guerra Mundial? Ed El Viejo Topo

Walter Formento, Wim Dierckxsens: Geopolítica de la crisis económica mundial Ed. Fabbro

Gabriel Fernández: Fuentes Seguras Ed. Fabbro

Javier Milei en contra de la soberanía económica

Por Bruno Susani * el autor autoriza su difusion en Dossier Geopolitico

Frente a la ficción de la teoría ortodoxa, los presupuestos de los Estados de las economías de las potencias mundiales incluyen gastos en políticas industriales

La soberanía económica uno de pilares principales de la soberanía polítical, lo que explica la razón que haya tomado tal relevancia en la agenda de las principales potencias del mundo. Los generales Mosconi y Savio, entre otros, comprendieron que era necesario disponer de combustibles y acero e industrias para garantizar su aprovisionamiento de la defensa de la soberanía. La configuración de YPF elegida por Mosconi y aceptada por Yrigoyen es de una gran lucidez, ya que implica una integración vertical de la producción al consumo pasando por la destilación y la venta todo esto bajo control del Estado. Es una estructura codiciada y ejemplar casi única en el mundo. Por eso, la renacionalización de YPF realizada por la presidenta Cristina Kirchner era una necesidad económica para monitorear la provisión y el precio de combustibles para consolidar la soberanía política. Las ofensivas judiciales contra esta decisión solo son tentativas tendientes a limitar la soberanía nacional.

Perón había ido más allá en la concepción de la soberanía económica ya que la independencia económica, uno de los tres principios del movimiento justicialista, implica proteger el país de todo condicionamiento económico externo, en particular del chantaje político de los acreedores de la deuda externa. La decisión de Néstor Kirchner de saldar la deuda con el FMI fue el mayor acto de defensa de la soberanía nacional desde el desendeudamiento del país anunciado el 9 de julio de 1947 en Tucumán por Perón. Recordemos que el año 1948 fue el primero desde 1822, que la Argentina no tenía deuda externa.

La soberanía económica, que había sido relegada en los países del centro capitalista a una idea pasada de moda con la mundialización de los ’90 dirigida por el capital financiero, aparece hoy como una bandera política y económica esencial. Los países que pueden enarbolarla son respetados en el mundo.

Se sostuvo en los años de la globalización que el comercio internacional libre y sin condicionamientos hacía que la guerra, por sus costos, no fuera negocio, pero se olvidaba que el comercio internacional de libre competencia no existe y que la regla general son las subvenciones para exportar y las barreras aduaneras para protegerse. Se argumentó así mismo que racionalmente se podía llegar al mismo resultado vale decir engrandecer a los países en la esfera internacional con el comercio y se creó a estos efectos la Organización Mundial del Comercio (OMC) que terminó, dada las necesidades de las potencias económicas, relegada a una estructura burocrática sin contenido ni función por aquellos mismos que la habían creado.

La razón del fracaso de la OMC fue que el comercio internacional no tiene nada que ver con la descripción del intercambio internacional de bienes que describe la teoría ortodoxa ya que implica respetar las reglas del juego pero en la realidad ningún país respeta. Ningún gobierno de ningún país está dispuesto a resignar el bienestar de sus habitantes en arras del respeto de normas etéreas de las reglas del juego. Esto explica la razón por la cual suprimir o disminuir los aranceles e interdicciones a las importaciones sin contrapartidas como hizo Macri y hace Milei es una necedad que no favorece a los consumidores sino que solo perjudica al país.

La Gran Recesión, la crisis financiera y económica del 2008 puso en evidencia el carácter indigente de la propuesta de la mundialización y hoy la soberanía económica es un dato duro fuera de debate y la discusión gira alrededor de cual es la mejor configuración económica para alcanzarla. Las nuevas problemáticas económicas son que el Estado debe gastar más para financiar las inversiones costosas pero necesarias como la Inflation Reduction Act (IRA) de los Estados Unidos para la transición hacia energías neutras en carbono o el programa Chips Act de la Unión Europea para los microprocesadores. Pero, a la vez, se busca eludir una dependencia demasiado significativa de los mercados financieros provocada por la deuda pública que condiciona a los gobiernos esto no solo en los centros capitalistas sino también en China.

Como una suerte de revancha de la realidad económica frente a la ficción de la teoría ortodoxa los presupuestos de los Estados de las economías de las potencias mundiales incluyen, nuevamente, gastos en políticas industriales término considerado como una blasfemia hasta hace apenas una década. Se sostenía que el “mercado” y el comercio eran capaces de resolver los conflictos. La revitalización de las políticas industriales y en ciertos casos la planificación explicita o implícita significa que la soberanía económica es una problemática global donde se entrecruzan la matriz económica, el comercio exterior y el lugar que cada país quiere ocupar en el conjunto de las naciones.

La consolidación de la soberanía económica implica la necesidad de disponer de insumos básicos y de tecnologías avanzadas que son a la vez estratégicos y que permitan de modular la dependencia del comercio exterior. Esto es así porque ningún país puede pretender seriamente a la autarquía económica que no solamente es costosa pero también difícilmente alcanzable.

El comercio exterior aparece así en su complejidad ya que debe proveer los insumos necesarios para viabilizar las industrias y servicios estratégicos a través de las importaciones y a la vez hacer de tal suerte que por un lado haya una diversificación de las exportaciones y por el otro facilitar el crecimiento económico. Keynes en su artículo “La autosuficiencia Nacional” sostuvo que “todo me lleva a pensar que una mayor autosuficiencia nacional y una porosidad menos fuerte de nuestra economía podrían ser útiles al objetivo de crecimiento más que entorpecerlo”.

Esto se puede ilustrar analizando la estrategia de autosuficiencia energética de Estados Unidos que en los 90 eran los principales importadores de petróleo del mundo y lograron, en menos de dos décadas, volver a ser autosuficientes y exportadores. Pero esto tuvo sus costos ya que impidieron a partir de 1976 a sus empresas de exportar petróleo ( la prohibición solo fue levantada en el 2008) sino que además planificaron la sustitución de la importaciones de petróleo a través de la técnica del fracking y hoy son exportadores netos.

Las orientaciones de Milei de vender empresas de tecnología avanzada como Arsat Nucleoeléctrica etc; o de destruir los equipos de investigación en ciencias pura o aplicada va en sentido contrario a las orientaciones más avanzadas en materia de desarrollo económico que son la base de la soberanía económica.

La noción de soberanía económica supone imponer el debate sobre las políticas y el crecimiento económico ya que ciertos intereses buscaron, deliberadamente, de confundir la soberanía con el proteccionismo o la autarquía. Una fundación muy conocida que impulsa el librecambio como política nacional afirmaba que “mientras los argentinos substituían las importaciones los compradores de productos agrícolas substituían nuestras exportaciones” lo cual cercenaba las posibilidad de acceder a esos mercados. Pero suponer que no substituir las importaciones tendrá como correlato la apertura económica o impedir que esos países desarrollen su agricultura es un desafío a la inteligencia.

Ese juego de palabras que recuerda el discurso de Milei en Davos, que pretendió que la Argentina era la mayor potencia mundial en 1910, es por un lado una manera indirecta de perpetuar la situación económica del país en la dependencia tecnológica y económica en la cual lo han querido mantener los gobiernos dictatoriales o sometidos al capital extranjero y por el otro engañar a los argentinos.

* Doctor en Ciencias Económicas de l’ Université de París. Autor de “La economía oligárquica de Macri”, Ediciones CICCUS Buenos Aires 2019. bruno.susani@wanadoo.fr

Fuente Pagina12

Escrito por: Sebastián Schulz

Fuerzas de Occidente que generan en el Sur Global personajes radicalizados. 

El discurso del presidente argentino Javier Milei en el Foro Económico Mundial de Davos dejó mucha tela para cortar, al tiempo que expuso un estado de situación estructural de la puja geopolítica contemporánea. “Occidente está en peligro”, dijo Milei, “porque aquellos que supuestamente deben defender los valores de Occidente se encuentran cooptados por una visión del mundo que inexorablemente conduce al socialismo”.

Luego de su alocución en Davos, Milei viajó al Estado de Israel para manifestar su apoyo incondicional al genocidio impulsado por Benjamín Netanyahu, se reunió después con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni y se mostró más tarde junto a Donald Trump, en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) en Washington. En la capital norteamericana, Milei dijo que “el postmarxismo frente a su derrota en lo económico trasladó sus batallas de lucha de clases a otros aspectos de la vida, por ejemplo, el ecologismo”. En dicha cumbre, a la que viajó junto a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, compartió platea con otros presidentes y políticos afines, como el mandatario de El Salvador, Nayib Bukele, y el líder de Vox, Santiago Abascal. La CPAC es una gran cumbre política organizada por la Unión Conservadora Estadounidense, y el lema escogido para este año fue «Where globalism goes to die«, en castellano, “donde el globalismo va a morir”.

A pesar de la dudosa capacidad de raciocinio del presidente argentino, nada de esta agenda ni de estas afirmaciones fueron improvisadas, y cobran sentido si uno las ubica en el contexto de las pujas geopolíticas estructurales que atraviesa el sistema-mundo capitalista occidental en crisis sistémica, de la cual Milei es parte y expresión.

El fenómeno de la “ultraderecha”, que actualmente genera tantos repudios como legitimidad electoral en gran parte del mundo, es la manifestación de la crisis hegemónica, sistémica y civilizatoria que atraviesa el occidente atlantista. Las posturas “neofascistas” que sostienen muchos de estos personajes, como Milei, Bolsonaro, Bukele, Meloni o Trump, entre otros, son en realidad expresiones desesperadas de determinados grupos de poder por mantener en pie un determinado orden mundial, configurado luego de la Segunda Guerra Mundial, y que se encuentra en crisis estructural desde, por lo menos, la primera década del año 2000.

Nuevas dinámicas de la globalización

Es necesario interpretar la emergencia de estas “nuevas derechas” a partir de las transformaciones en la estructura económica capitalista experimentadas en la década de los 90, cuando luego de la caída de la Unión Soviética el orden internacional experimentó un momento de unipolaridad centrado en los Estados Unidos como hegemón global. Un Estados Unidos que había sido el gran vencedor de la segunda guerra mundial, al quedar prácticamente intacta su estructura económica luego del conflicto bélico, y que al expresar más del 50% del PBI global logró posicionar al dólar como moneda de referencia internacional.

Las grandes corporaciones norteamericanas (principalmente, pero no únicamente), luego de la caída del bloque soviético, salieron a la caza de mercados en todo el globo, y desarrollaron herramientas y regulaciones económicas, jurídicas y culturales para internacionalizar la producción y el intercambio de mercancías.

El proceso de globalización creó las condiciones para el surgimiento de una red de corporaciones transnacionalizadas, con estructura de negocios, capacidad financiera y conocimiento estratégico para operar en el mercado global por encima de la estructura de Estados nacionales. Como expresión de este proceso, la dinámica económica global comenzó a mudarse paulatinamente desde los países centrales hacia economías mucho más rentables y con una mano de obra más barata, las cuales fueron llamadas por los grandes Bancos occidentales como “economías emergentes”.

Estas corporaciones transnacionales se caracterizaron por pasar del modelo “producir localmente (en Estados Unidos o en algún país central) para vender globalmente” al nuevo formato “producir globalmente para vender globalmente”. En este contexto, cobró protagonismo el modelo de negocios basado en la descentralización productiva (fabricar piezas en distintas partes del mundo en función de la rentabilidad para luego encargarse del ensamblado) y la terciarización de la producción no estratégica (generalmente, se reservaba la producción vinculada a la tecnología de punta). 

La capacidad fundamental de las corporaciones, en este marco, no está dada ya necesariamente por la capacidad de producir, sino por la capacidad de financiar. De este modo, comenzaron a cobrar cada vez más relevancia los fondos financieros de inversión global (Blackrock, Vanguard, State Street Corp., Fidelity, entre otros) como los grandes agentes del nuevo capitalismo transnacionalizado. A su vez, como resultado de este proceso, los Estados Unidos dejaron de ser el centro del dinamismo económico global, y producto del proceso conocido como offshoring, los grandes grupos financieros globales comenzaron a trasladar sus negocios a otras regiones del mundo.

Por otra parte, las corporaciones económicas vinculadas con los Estados nacionales centrales de occidente (en Estados Unidos, principalmente aquellas relacionadas con el aparato industrial-militar, las corporaciones del petróleo de Texas, las grandes farmacéuticas, entre otras), continuaron defendiendo un modelo económico centrado en el Estado como soporte de la acumulación capitalista.

Continentalistas vs. globalistas

Lo anterior generó dos modelos de capitalismo enfrentados por la acumulación de la ganancia global, disputa en la cual, a partir de las presidencias de Bill Clinton en Estados Unidos y de Tony Blair en Gran Bretaña, el modelo de la transnacionalización comenzó a llevar la iniciativa estratégica, al desarrollar la capacidad de apropiarse de la mayor parte de la plusvalía mundial. La derogación de la Ley Glass-Steagall en Estados Unidos en 1999, que habilitó la fusión de la Banca Comercial y la Banca de Inversión, resultó fundamental para permitir la conformación de grandes conglomerados financieros internacionales.

Esto agudizó, asimismo, una disputa que rápidamente se volvió estructural en el siglo XXI, y en la cual salió a la luz que la geopolítica y la geoeconomía son dos caras de una misma moneda. En el Norte Global, los partidarios del avance de la transnacionalización financiera globalizada comenzaron a enfrentarse con cada vez más fuerza contra los defensores del sostenimiento del orden internacional dirigido por los Estados-naciones centrales de Occidente.

Los defensores del status quo comenzaron a pujar por mantener un orden internacional configurado en base a potencias centrales industriales y semiperiferias subdesarrolladas. Debido a los cambios en los umbrales del poder experimentados en el último siglo, estos proyectos estratégicos fueron definidos como “continentalistas”, ya que basaban su poder en el control de esferas de influencias directas en sus periferias cercanas (la “Doctrina Monroe” de “América para los americanos” expresaba esta idea, pero lo mismo podemos decir de la constitución de la Unión Europea comandada por Francia y Alemania). Los impulsores de la globalización y la transnacionalización económica mundial, en tanto, fueron catalogados como “globalistas”.

Desde fines de los años noventa, de este modo, la disputa geopolítica se estructuró en torno a la confrontación entre “globalistas” vs. “continentalistas”. 

En Estados Unidos, los continentalistas buscan generar las condiciones para recuperar la iniciativa perdida en los últimos años y reposicionar al país norteamericano como el centro del poder hegemónico global. Como lo señaló en su momento el expresidente George W. Bush, los “continentalistas” se proponen construir un “nuevo siglo americano” o, como señaló más recientemente Donald Trump, “hacer América grande de nuevo”. Para ello, deben reconstruir el debilitado aparato industrial estadounidense, retomar el control del petróleo en Medio Oriente como sostén principal del dólar, la moneda de reserva global. Los continentalistas buscan referenciar el “modo de vida americano”, y ponderar los valores estadounidenses como valores universales, reivindicando a la población “WASP” (hombres blancos, anglosajones, protestantes). Para ello, cuentan con el Pentágono como instrumento militar para orientar sus operaciones de intervención en el extranjero y grandes conglomerados mediáticos como la FOX, así como también tanques de pensamiento como la Red Atlas, la cual ha proporcionado cientos de subvenciones a grupos derechistas y fundaciones en varios países del mundo (entre ellas, la Fundación Pensar de Mauricio Macri) y es financiada por la petrolera Exxon Mobil. Los continentalistas se referencian principalmente con el Partido Republicano estadounidense, sobre todo con el grupo interno más ultraconservador denominado Tea Party, entre los que se encuentran Ted Cruz y Marco Rubio, entre otros.

Los globalistas, en tanto, buscan progresivamente limitar la capacidad de los Estados nacionales para incidir en la libre circulación del capital y las finanzas. Para ello, necesitan promover una nueva territorialidad del poder supranacional y transestatal. Buscan impulsar una moneda global, una justicia global, una ciudadanía global. Su modelo de acumulación está referenciado en el concepto de “Glo-cal”, es decir, de lo global a lo local, sin intermediación del Estado nacional. Entre sus tanques de pensamiento más importantes, se encuentra la Fundación Nacional para la Democracia (en inglés, National Endowment for Democracy, NED), una organización fundada en 1983 a iniciativa del Congreso norteamericano para financiar proyectos que promuevan la democracia liberal en el mundo.

La puja sistémica entre estos dos proyectos estratégicos se expresa también en cuáles son los espacios que se plantean como legítimos para la toma de decisiones globales. Mientras que los continentalistas abrazan e intentan mantener vivo al G7, grupo que nuclea a las principales potencias centrales vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, los globalistas, desde fines de los años 90, empezaron a ponderar al G20, que incluye también a economías emergentes y a las grandes corporaciones, como el foro por excelencia para el abordaje de las cuestiones internacionales.

Un elemento fundamental a considerar en esta disputa es el “asalto” de los globalistas a los Partidos Laboristas, Demócratas y Socialdemócratas en Occidente experimentado a partir de la década del 90. Partidos que eran la base de sustentación política de los proyectos industrialistas en las potencias centrales. Los globalistas, siguiendo la doctrina de la “Tercera Vía” de Tony Blair (es decir, ni capitalismo salvaje ni socialismo), transformaron sus programas políticos y doctrinas ideológicas hacia el neoliberalismo y coparon sus cúpulas de dirigentes afines a las corporaciones financieras transnacionales. De este modo, partidos como el Laborista británico, el Demócrata estadounidense, el Social Obrero español, entre otros, pasaron bruscamente a defender programas económicos ultraliberales, desindustrializantes y antiobreros, lo que representó una transformación en su base de representación política. Las políticas de desindustrialización generadas por la transnacionalización económica en las potencias centrales (que tuvo como expresión la transformación del “cinturón manufacturero” del nordeste y medio oeste norteamericano en un “cinturón del óxido”, o la decadencia de Detroit como ciudad industrial), produjo un descontento de gran parte de la base obrera estadounidense que tradicionalmente había manifestado mayor afinidad con el Partido Demócrata. Muchos de estos trabajadores que adherían a sus propuestas electorales, incluso, comenzaron a verse mayormente representados por los partidos conservadores, con programas de corte nacionalista e incluso industrialista, como lo fue el caso de Donald Trump en los Estados Unidos.

¿Nuevas derechas?

El orden mundial occidental queda entonces enredado entre dos “derechas” (si es que podemos seguir aferrándonos a estas categorías): una derecha continentalista “neoconservadora” y una derecha globalista “progresista”. La derecha neoconservadora, de corte clásico, puja por sostener el statu quo configurado luego de la segunda guerra mundial, con Estados Unidos como gran hegemón global unipolar y Europa y Japón como estados regiones vasallas. Busca sostener los valores tradicionales y el “orden”, frente al “desorden” promovido por los globalistas, es decir, los cambios producidos por una nueva economía globalizada y transnacionalizada. Para esto, se apoyan en el complejo industrial-militar del Pentágono y en el ejército norteamericano como los gendarmes globales, y al dólar como moneda de reserva global. Buscan defender la primacía de los Estados Unidos en los espacios de toma de decisión global, como el Fondo Monetario Internacional o el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Reniegan de la Agenda 2030 y del cambio climático, ya que impacta directamente en el negocio de sus grandes corporaciones del petróleo, y apoyan la avanzada del Estado de Israel como una forma de mantener el caos en Medio Oriente, al que consideran como el “grifo global del Petróleo”, principal sostén del dólar.

Para la derecha globalista “progresista”, los Estados Unidos deben ir perdiendo paulatinamente su primacía en los asuntos globales, los cuales deben ser protagonizados con cada vez más fuerza por los grupos financieros transnacionales. Reniegan de la regulación estatal, principalmente en materia financiera, sostienen una nueva democracia centrada en el ciudadano global por encima de cualquier identidad nacional o particularismos culturales. Su arma de guerra es la OTAN, convertida en una fuerza armada global, e incluso han planteado avanzar hacia un sistema monetario por encima del control de los Estados nacionales (como pueden ser las criptomonedas). En una de las últimas cumbres del Foro Económico Mundial de Davos, llegaron a plantear la necesidad de un “Gran Reseteo” global, que reconfigure el orden internacional en sintonía con las nuevas relaciones de fuerza globales.

La crisis civilizatoria de Occidente y ascenso del Sur Global

Para completar este panorama de disputas geopolíticas, debemos decir que, a partir de las primeras décadas del siglo XXI, los Estados del Sur Global han crecido en sus capacidades de disputa en las distintas dimensiones del poder global. En parte, debido al fracaso rotundo que ambos proyectos han tenido para generar condiciones de vida digna en el 90% de la población mundial, el peligro de una catástrofe ambiental generada por el ávido de lucro desenfrenado, la desigualdad y la miseria que han esparcido por el mundo y la decisión de impedir que los países en desarrollo sean participes de las decisiones atenientes al futuro de la humanidad. El Occidente capitalista se encuentra en estado de declive civilizatorio estructural. 

De este modo, continentalistas y globalistas tienen actualmente un enemigo común: el Sur Global, como identidad geopolítica que contiene a aquellos Estados que están protagonizando la transición hacia un nuevo orden internacional multipolar y pluriversal.

Ambos proyectos, en este sentido, utilizan a sus tanques de pensamiento y a medios de comunicación afines para construir antinomias que intentan “llevar agua para cada molino”, es decir, construir hegemonía. Por un lado, los continentalistas plantean la división “estatismo/socialismo” (que engloba tanto a globalistas como a multipolaristas) vs. “Orden”. Los globalistas, en tanto, plantean la antinomia “fascismo” (que incluye tanto a continentalistas como a multipolaristas) vs. “democracia”, una democracia formal y limitada centrada en el ciudadano, ya no en los Estados nacionales.

El fortalecimiento de espacios de cooperación e integración como el BRICS, la Unión Económica Euroasiática, la Organización para la Cooperación de Shanghái, la Iniciativa de la Franja y la Ruta o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), contribuyen en conjunto a debilitar a ambos proyectos capitalistas y, por lo menos desde 2014, da lugar a una nueva contradicción principal en el sistema mundial, entre los impulsores de un orden internacional unipolar (con los globalistas con iniciativa, aunque cada vez menor) y los impulsores del multipolarismo (con China como actor principal, pero no el único).

En este marco, los grupos continentalistas se encuentran en situación de debilidad estratégica, lo que los pone en situación de retroceso geopolítico. Y cuando hablamos de retroceso, hablamos de la posibilidad de que queden subordinados definitivamente al globalismo financiero neoliberal, y pierdan definitivamente su lugar en la disputa de poder internacional. 

Por eso dice Milei que “Occidente está en peligro”. Al estar perdiendo aceleradamente posiciones de poder, los continentalistas pasan a impulsar posiciones extremadamente neoconservadoras y agresivamente intervencionistas, disputando terreno tanto contra los globalistas como contra los multipolaristas. El enfrentamiento de los sectores del trumpismo tanto contra los “magnates financieros” de Wall Street como contra China y el socialismo, es manifestación de este estado de situación. Las declaraciones de Milei, acusando de “zurdos” a los magnates de Davos, también.

La puja sistémica entre globalistas y continentalistas adquiere tintes específicos en el Sur Global, donde en los últimos años comenzaron a ganar protagonismo personajes que radicalizan su discurso contra el Estado, los derechos humanos, la problemática ambiental y la igualdad de género, entre otras cuestiones, para proponer una ortodoxia individualista, ultraconservadora, militarista y que añora volver a los años de hegemonía estadounidense en la región. Javier Milei, Jair Bolsonaro, Nayib Bukele, Álvaro Uribe Vélez son, con matices, expresiones de este proceso.

De este modo, este grupo de mandatarios no son “cisnes negros” que aparecen de forma casual en la política nacional, sino manifestaciones de un proceso de descomposición del sistema mundial capitalista occidental y de crisis de la hegemonía norteamericana.

Las derechas radicalizadas no son lo nuevo. Lo nuevo es la crisis civilizatoria, la transición sistémica y el alumbramiento de un nuevo orden internacional posoccidental.

Fuente: Tektonikos: https://tektonikos.website/la-violencia-decadente-de-las-derechas-globalista-y-continentalista/

Cuatro cables de telecomunicaciones fueron dañados en el mar Rojo, afectando a la cuarta parte del tráfico de Internet de Asia a Europa y amenazaron con dejar el mundo entero sin acceso a la Red. Occidente acusó a los hutíes, pero, ¿no habrá sido una operación de la OTAN, tal como lo hizo con los gasoductos Nord Stream?

Javier Benitez de Sputnik entrevista a Carlos Pereyra Mele

AUDIO

Los sospechosos de siempre

El gran dato es que un 97 % del tráfico mundial de Internet se realiza a través de cables submarinos, por lo que el fallo de un solo cable afecta a todo el globo. Estos daños podrían afectar, no solo al tráfico mundial de Internet, sino también a los proyectos de construcción de nuevos cables a través del mar Rojo patrocinados por gigantes tecnológicos mundiales, como el proyecto Blue Ruman de Google o el cable 2Africa respaldado por Facebook, red social propiedad de Meta, organización calificada en Rusia como extremista.

Se advierte que, si continúan las tensiones en torno al mar Rojo, las empresas de telecomunicaciones podrían considerar rutas alternativas para sus cables, como por ejemplo a través de Arabia Saudita.

Para el Dr. Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, «esto representa datos incontrastables de que hay zonas y áreas, cuellos de botella, que son algo importantísimo para todo el sistema económico mundial». «Este corte en los cables de telecomunicaciones se puede vislumbrar en el acto porque se caen todas las redes, los cortes son significativos, y más en la comunicación entre países entre zonas importantes como es el caso que ha ocurrido ahora, entre Europa y Asia», detalla el analista.

En este contexto, Pereyra Mele destaca que «hay venas importantísimas del modelo del sistema de comunicación, de transporte marítimo, energético, y que el control y la seguridad de los mismos son clave para las superpotencias, y más en esta época de cambio sistémico, donde el conflicto de guerra híbrida se ha instalado y se está desarrollando con tremenda furia».

Entonces, el experto llama la atención a un detalle. «Se los ha acusado a los hutíes del Yemen de ser los responsables. Pero también habría que preguntarse qué pasa con todas las flotas que ha enviado la OTAN a la zona, si no tienen algún tipo de responsabilidad. Porque siempre se mira hacia un solo lado y nunca se pregunta uno, o los medios de comunicación masivos de desinformación como les digo yo, de preguntarse: ¿y no habrá sido un buque de la OTAN, con un ancla de la OTAN, para ser generoso, ser suave, o hacer este acto también para causar un nuevo conflicto, incrementar las posibilidades de que tenga la argumentación la OTAN y EEUU de realizar una operación punitiva sobre el Yemen? Hay muchos escenarios abiertos sobre el terreno», concluye Pereyra Mele.

Fuente Sputnik

Red de cables submarinos de Internet

Los BRICS duplicaron su número de miembros a principios de 2024 y enfrentaron enormes tareas por delante: integrar a sus miembros más nuevos, desarrollar criterios de admisión futuros, profundizar las bases de la institución y, lo más importante, lanzar mecanismos para eludir el dólar estadounidense. en las finanzas internacionales.

Por Pepe Escobar

MOSCÚ – En todo el Sur Global, los países se están alineando para unirse a los BRICS multipolares y al futuro libre de Hegemon que promete. La avalancha de interés se ha convertido en un tema de discusión inevitable durante este año crucial de la presidencia rusa de lo que, por el momento, es el BRICS-10.  

Indonesia y Nigeria se encuentran entre los principales niveles de candidatos que probablemente se unan. Lo mismo se aplica a Pakistán y Vietnam. México se encuentra en un aprieto muy complejo: cómo unirse sin provocar la ira de la hegemonía.  

Y luego está la nueva candidatura en marcha: Yemen, que goza de mucho apoyo de Rusia, China e Irán. 

Corresponde al máximo sherpa ruso de los BRICS, el inmensamente capaz viceministro de Asuntos Exteriores Sergey Ryabkov, aclarar lo que se avecina. Le dice  a TASS : 

Debemos brindar una plataforma a los países interesados ​​en un acercamiento con los BRICS, donde puedan trabajar prácticamente sin sentirse abandonados y sumarse a este ritmo de cooperación. Y en cuanto a cómo se decidirá la ampliación, esto debería posponerse al menos hasta que los líderes se reúnan en Kazán para decidir.

La decisión clave sobre la expansión de BRICS+ no se tomará hasta la cumbre de Kazán del próximo octubre. Ryabkov subraya que la orden del día es, en primer lugar, «integrar a los que acaban de incorporarse». Esto significa que «como ‘diez’, trabajamos al menos tan eficientemente, o más bien, más eficientemente que entre los ‘cinco’ iniciales».

Sólo entonces los BRICS-10 «desarrollarán la categoría de estados socios», lo que, de hecho, significa crear una lista basada en el consenso entre las docenas de naciones que literalmente están ansiosas por unirse al club. 

Ryabkov siempre insiste en señalar, en público y en privado, que duplicar el número de miembros de los BRICS a partir del 1 de enero de 2024 es «un acontecimiento sin precedentes para cualquier estructura internacional».

No es una tarea fácil, afirma Ryabkov: 

El año pasado fue necesario un año entero para desarrollar los criterios de admisión y ampliación al nivel de los altos funcionarios. Se desarrollaron muchas cosas razonables. Y muchas de las cosas que se formularon entonces quedaron reflejadas en la lista de países que se sumaron. Pero probablemente sería inadecuado formalizar los requisitos. Al fin y al cabo, la admisión en la asociación es un tema de decisión política.

¿Qué sucede después de las elecciones presidenciales de Rusia? 

En una reunión privada con unas cuantas personas selectas al margen de la reciente  conferencia multipolar  en Moscú, el Ministro de Asuntos Exteriores Sergei Lavrov habló efusivamente de los BRICS, con especial énfasis en sus homólogos Wang Yi de China y S. Jaishankar de la India. 

Lavrov tiene grandes expectativas para BRICS-10 este año y, al mismo tiempo, recuerda a todos que esto sigue siendo un club; Eventualmente deberá profundizar en términos institucionales, por ejemplo, nombrando una secretaría general, al igual que su organización prima, la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS).

La presidencia rusa estará muy ocupada durante los próximos meses, no sólo navegando por el espectro geopolítico de las crisis actuales sino, sobre todo, por la geoeconomía. Una reunión ministerial crucial en junio –solo faltan tres meses– tendrá que definir una hoja de ruta detallada hasta la cumbre de Kazán, cuatro meses después. 

Lo que sucederá después de las elecciones presidenciales rusas de esta semana también condicionará la política de los BRICS. El nuevo gobierno ruso tomará juramento recién a principios de mayo. Se espera ampliamente que no haya cambios sustanciales dentro del Ministerio de Finanzas, el Banco Central, el Ministerio de Relaciones Exteriores y entre los principales asesores del Kremlin de Rusia. 

La continuidad será la norma. 

Y eso nos lleva al expediente geoeconómico clave: los BRICS a la vanguardia para evitar el dólar estadounidense en las finanzas internacionales. 

La semana pasada, el principal asesor del Kremlin, Yury Ushakov, anunció que los BRICS trabajarán para establecer un sistema de pago independiente basado en monedas digitales y blockchain. 

Ushakov enfatizó específicamente «herramientas de última generación como tecnologías digitales y blockchain. Lo principal es asegurarse de que sean convenientes para los gobiernos, la gente común y las empresas, además de rentables y libres de política».

Ushakov no lo mencionó explícitamente, pero ya existe un nuevo sistema alternativo. De momento, se trata de un proyecto muy guardado en forma de un detallado documento técnico que ya ha sido validado académicamente y que además incorpora respuestas a posibles preguntas frecuentes. 

The Cradle  recibió información sobre el sistema a través de varias reuniones desde el año pasado con un pequeño grupo de expertos en tecnología financiera de clase mundial. El sistema ya le fue presentado al propio Ushakov. Tal como está, está a punto de recibir la luz verde final del gobierno ruso. Después de superar una serie de pruebas, el sistema en tesis estaría listo para ser presentado a todos los miembros del BRICS-10 antes de la cumbre de Kazán. 

Todo esto se relaciona con la declaración pública de Ushakov de que una tarea específica para 2024 es aumentar el papel de los BRICS en el sistema monetario/financiero internacional. 

Ushakov recuerda cómo, en la Declaración de Johannesburgo de 2023, los jefes de estado de los BRICS se centraron en aumentar los pagos en monedas nacionales y fortalecer las redes de banca corresponsal. El objetivo era «continuar desarrollando el Acuerdo de Reservas Contingentes, principalmente en lo que respeta al uso de monedas distintas al dólar estadounidense». 

Ninguna moneda única en el futuro previsible 

Todo lo anterior enmarca la cuestión absolutamente clave que se está discutiendo actualmente en Moscú, dentro de la asociación Rusia-China, y pronto, más profundamente entre los BRICS-10: pagos de liquidación alternativos al dólar estadounidense, aumento del comercio entre «naciones amigas». «y controles. sobre la fuga de capitales.  

Ryabkov  añadió  más elementos cruciales al debate, diciendo esta semana que los BRICS no están debatiendo la implementación de una moneda única: 

En cuanto a una moneda única, similar a la creada por la Unión Europea, esto difícilmente será posible en el futuro previsible. Si hablamos de formas de compensación de acuerdos mutuos como el ECU [Unidad Monetaria Europea] en una fase temprana del desarrollo de la Unión Europea, en ausencia de un medio de pago real, pero con la oportunidad de utilizar más eficazmente los recursos disponibles de los países en acuerdos mutuos para evitar pérdidas debidas a diferencias en los tipos de cambio, etc., entonces este es precisamente el camino por el que, en mi opinión, deben avanzar los BRICS. Esto está bajo consideración.

La conclusión clave, según Ryabkov, es que los BRICS no deberían crear una alianza financiera y monetaria; Deben crear sistemas de pago y liquidación que no dependan del astuto «orden internacional basado en reglas». 

Ése es exactamente el énfasis de las ideas y experimentos ya desarrollados por el Ministro de Integración y Macroeconomía de la Unión Económica Euroasiática (UEEA), Sergei Glazyev,  como explicó  en una entrevista exclusiva, así como del nuevo proyecto pionero que está a punto de recibir. luz verde por parte del gobierno ruso.  

Ryabkov confirmó que «un grupo de expertos, encabezado por los Ministerios de Finanzas y representantes de los bancos centrales de los respectivos países [BRICS]», está trabajando sin parar en el expediente. Además, se están llevando a cabo «consultas en otros formatos, incluso con la participación de representantes del ‘Occidente histórico'».

La propia conclusión de Ryabkov refleja lo que pretenden los BRICS en su conjunto: 

Colectivamente debemos idear un producto que sea, por un lado, bastante ambicioso (porque es imposible seguir tolerando los dictados de Occidente en este ámbito), pero al mismo tiempo realista, que no esté fuera de contacto. con el suelo. Es decir, un producto que sería eficiente. Y todo esto debería presentarse en Kazán para que los dirigentes lo examinen.

En pocas palabras: el gran avance puede estar literalmente llamando a la puerta de los BRICS. Sólo depende de una simple luz verde por parte del gobierno ruso. 

Ahora comparamos a los BRICS que idean los contornos de un nuevo paradigma geoeconómico con el Occidente colectivo reflexionando sobre el robo real de los activos incautados a Rusia en beneficio del agujero negro que es Ucrania.

Aparte de ser una declaración de facto de Estados Unidos y la UE contra Rusia, esto es algo que conlleva el potencial, en sí mismo, de destruir totalmente el actual sistema financiero global. 

Un robo de activos rusos, si alguna vez ocurriera, enfurecería, por decirlo suavemente, al menos a dos miembros clave del BRICS, China y Arabia Saudita, que aportan un peso económico considerable. Una medida de este tipo por parte de Occidente destruiría por completo el concepto de Estado de derecho, que teóricamente sustenta el sistema financiero global. 

La respuesta rusa será feroz. El Banco Central ruso podría, en un instante, exigir y confiscar los activos de la belga Euroclear, uno de los mayores sistemas de liquidación y compensación del mundo, en cuyas cuentas se congelarán las reservas rusas. 

Y esto además de apoderarse de los activos de Euroclear en Rusia, que ascienden a unos 33.000 millones de euros. Como Euroclear se está quedando sin capital, el Banco Central belga tendrá que revocar su licencia, lo que provocará una crisis financiera masiva.

Hablemos de un choque de paradigmas: el robo occidental versus un sistema equitativo de acuerdos comerciales y financieros basados ​​en el Sur Global. 

Por Gustavo Barbarán Salta Argentina

Generosos lectores de columnas de opinión advirtieron la conveniencia de algunas precisiones sobre aspectos abordados en mis dos últimas -«Salta y las regiones ante el modelo liberal-libertario» (25/01/24) y «Es hora de planificar una demografía salteña» (17/02/24) -; y quizás en otras precedentes, variaciones sobre la misma temática: geopolítica y geoestrategia con óptica salteña, si se me permite. Me considero dentro de una larga lista de quienes reivindicamos la geopolítica como reaseguro para un extenso país bicontinental… si la terminamos de diseñar.

Aceptadas de plano las atinadas sugerencias, en verdad hay conceptos -y contextos- que no debiera dar por sobrentendidos, ya que la reflexión geopolítica sigue ajena a los debates políticos y radares de las dirigencias.

Con afán aclaratorio y sentido de recopilación integradora de distintos tópicos, procuraré reseñar las bases conceptuales de un pensamiento construido durante años de esfuerzo intelectual (caótico, por tramos), en la línea frondiciana de pensar como hombres de acción y actuar como hombres de pensamiento.

Estado y territorialidad

Empecemos reiterando lo básico: la geopolítica -define Jorge Atencio- concibe al Estado como un fenómeno espacial, un organismo geográfico, que interpreta la realidad en función de los elementos que son su objeto (política, población, espacios físicos, recursos). «No hay Estado sin territorialidad», agregaba Alberto Methol Ferré, pues el Estado se «politiza» desde que un grupo humano lo ocupó legítimamente, ejerciendo su soberanía. Dicho sea de paso, esta concepción resulta absolutamente incompatible con lo anarco – capitalismo libertario, su antítesis.

La geografía también es referencia de la geoestrategia, que incide en un diseño político. Para quien escribe, la geopolítica debe ser única y nacional. Los cuatro «imperativos geopolíticos» propuestos por Javier Jordán justifican la escala nacional: 1- alcanzar y mantener un nivel adecuado de poder relativo, 2- mantener la unidad territorial, 3- proteger las fronteras y 4- asegurar las conexiones externas.

Por su parte, la geoestrategia es susceptible de abordaje subnacional, centrada en un contexto témporo-espacial determinado (por ejemplo, Salta en su relación con el NOA, Norte Grande y Zicosur).

La crisis del eurocentrismo

Desde que surgió el Estado moderno con la Paz de Westfalia hace más de tres siglos, no hay una geopolítica «mundial», variando sí la forma e intensidad en que históricamente los países consolidaron sus respectivas potencialidades. Se ha dicho con acierto que hay tantas geopolíticas como sistemas estatales en conflicto; y eso hoy está a la vista.

En el proceso de elaboración de un proyecto geopolítico perdurable, cada Estado encara un estudio concienzudo de la historia y geografía mundiales para encuadrar el suyo. Esa visualización amplia requiere análisis detallados de la geografía nacional, su historia y contexto regional (Suramérica, por caso). Es, pues, un proceso de construcción política inacabable, que se mantendrá en el tiempo con coherencia y perseverancia.

Relaciónense los basamentos precedentes descriptos con nuestro mundo en fase multipolar, afirmada cada día. Las grandes potencias se comportaron siempre como si solo ellas pudieran «ejercer» la geopolítica. Eso instalan diariamente los grandes mass media y centros académicos occidentales, apostando a una bipolaridad sino-norteamericana que arrastre a los aliados históricos donde quiera se sitúen.

Si los conflictos de Ucrania y Gaza no se resuelven, quizás ocurra por la lógica westfaliana con que todavía se abordan. En efecto, aquel esquema surgido en 1648 impuso un orden eurocéntrico basado en el equilibrio de poderes entre grandes potencias, el cual, pese a colapsar en 1914, mantuvo su esencia en el diseño de Naciones Unidas, cuyo esquema de seguridad colectiva claramente fracasó.

Geopolítica y poder

A su vez, el escenario de continentalización constituye un proceso histórico con hitos como el triunfo del norte industrialista en la cruenta guerra civil norteamericana. Figuras como F. List y A. Hamilton (promotores de la industrialización de las economías nacionales), A. de Tocqueville, F. Ratzel (y su «ley de los espacios crecientes»), entre tantos, lo vaticinaron. Methol lo explicó con solvencia.

Entre 1750 y 1850, Europa incorporó el capitalismo en la historia universal, a partir de las sucesivas revoluciones industriales. Sólo un selecto grupo de países logró industrializarse plenamente y aprovechar el proceso de acumulación de capital, transformándose en superpotencias mundiales. Los países que no subieron a ese tren, como Argentina, tendrán que redoblar esfuerzos e imaginación en tiempos de la cuarta revolución industrial, impulsada por una etapa globalizadora enancada en la inteligencia artificial.

Todos los países manifiestan alguna visión geopolítica, producto de la acumulación de poder obtenida con el tiempo, partiendo del común denominador territorio, población, gobierno; cuanto más grandes y sostenibles esos elementos, más poder se exhibe y ejerce (aunque no siempre y en todos los casos).

Los pocos que superaron el «umbral industrial» compiten en el control de los asuntos internacionales, sostenidos por una geopolítica eficaz para sus intereses, atentos a los cambios en la estructura de poder mundial a medida en que ocurren (a mi criterio, tres veces en el siglo XX: el colapso del orden eurocéntrico en 1918, ascenso de Deng Xiaoping al poder en 1978, la implosión de la URSS a fines de 1991).

Difícil que una potencia de segundo o tercer orden tercie en asuntos mundiales sin construir poder nacional, o sea acumulación sostenida de los recursos tangibles e intangibles de que dispone todo país. Para consolidar y resguardar intereses permanentes, tal constructo requiere su previa identificación y definición de prioridades, lo cual requiere consenso social amplio y planificación estratégica.

No se trata solo de acumular recursos: de qué valen las costas marinas, ríos, bosques, praderas, minerales, sin un plan de desarrollo acorde a su calidad y cantidad, orientado hacia una precisa visión geopolítica nacional.

Para sostener ese poder nacional es muy necesario ordenar las variables macroeconómicas; pero más importante aún movilizar un aparato productivo que empareje desequilibrios internos, garantice institucionalidad, salud, educación, seguridad interna y despliegue defensa disuasoria.

Argentina y el Norte Grande

En la Argentina subyace, a mi criterio, una presunta geopolítica respaldada en su vasta geografía y recursos naturales, más insinuada que concretada en políticas de estado. Bicontinental y marítima, con destino de polo suramericano, Salta y la Región del Norte Grande deben jugar un papel de conexión y vertebración continental. «Apenas» nos falta acomodar la política y economía nacionales en dirección de esa meta. De nuevo, un proyecto anarco – libertario está en su antípoda.

Respetuosamente exhorto a las dirigencias políticas y sociales salteñas a involucrarse, si no lo hicieron ya, con la geografía económica moderna. Precisamente, el Premio Nobel Paul Krugman analizó los patrones de la «nueva geografía económica», en diferentes escalas territoriales, se trate de regiones, áreas metropolitanas o grandes ciudades, y cómo inciden en el desarrollo regional la demografía y las redes de transporte y comunicaciones. Con esta mención se entenderá mejor la significancia del corredor bioceánico, el litio, el nodo logístico Güemes y sus incidencias en el destino salteño y del Norte Grande.

Fuente: El Tribuno https://www.eltribuno.com/salta/opiniones/2024-3-1-0-0-0-estrategia-y-geopolitica-lo-que-seguimos-ignorando

Invitado por la afamada Escuela Superior de Guerra del Brasil, el día 14 de marzo de 2024, el Prof. Dr. Miguel Ángel Barrios dictó un seminario para la alta oficialidad brasilera y oficiales extranjeros que cursan distintas especialidades en la misma,  diplomáticos de Itamaraty e invitados especiales en la misma en la Ciudad de Río de Janeiro, sobre la temática:  «América del Sur en la nueva multipolaridad». Y esta invitación y reconocimiento institucional suma un logro mas al grupo de trabajo de los que integramos el Tanque de Ideas Dossier Geopolitico, que Miguel Barrios integra desde su fundacion, Felicitaciones Miguel A. Barrios…Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

En su disertación ante tan clasificado auditorio el Dr Barrios enumeró los  riesgos geopoliticos actuales, los cuales podemos resumir en los siguientes títulos y eje temáticos

  • -Del mundo unipolar a un mundo multipolar
  • -Las Empresas tecnológicas como actores de la política global 
  • -De la guerra convencional a la guerra híbrida
  • -El poder de la ciencia de los Datos con la cuarta revolución industrial 
  • -Las nuevas amenazas:cambio climático, tecnologías disruptivas, pandemias ,ciberataques 
  • -Crisis socioeconómica
  • -Normalización del conflicto 
  • -Posibilidades de secesionismo
  • -Polarización política
  • -Guerras indefinidas en Medio Oriente 

Todo este esquema que abordó el Dr Barrios con profusión de datos y ejemplos a los asistentes del Seminario. Tuvo su centralidad en los siguiente: Barrios fue direccionando la disertación hacia el “Eje” clave geopolitico para nuestra América Suramericana y que tiene como única alternativa en todas sus variantes de los problemas geopoliticos arriba mencionados, que no es otro que el de tomar el camino de la reunificación como un destino estratégico en la senda de Juan Perón y Getulio Vargas con el Nuevo ABC o sino seremos meros segmentos del mercado financiero global.

Al finalizar el Seminario, el Director  y jefe de los Seminarios de Capacitación Superior de la ESG, Gral. de Brigada Don César Zambao da Silva entregó al Prof. Dr. Miguel A. Barrios un reconocimiento por sus dilatados estudios en el campo de la Seguridad y Defensa y por la promoción de la alianza Brasil-Argentina

Dossier Geopolitico Argentina marzo de 2024

Dr. Barrios en la ESG de Brasil Rio de Janeiro